Siento debilidad por las catedrales góticas y por los trenes (en realidad tengo muchas más debilidades. pero no es cuestión de enumerarlas todas, pues sería tarea prolija, además de no venir al caso). Colonia tiene una catedral magnífica (por no entrar en más detalles artísticos diré que tiene en común con el resto de catedrales góticas que conozco que está en obras), allí encontré entre unas vidrieras espectaculares una que llamó particularmente mi atención por su aspecto pixelado (juro que no hay retoque alguno).
Pues bien, la catedral gótica de Colonia y la estación de tren están tan juntas que ésta parece surgir de los cimientos de aquélla. Pese a que quien fuera tuvo el detalle de unir mis dos debilidades en una, la cosa no me parece demasiado bien y me sigo preguntando: ¿a quién se le ocurriría edificar una catedral gótica adosada a una estación de ferrocarril?
Supongo que esa es la idea de I+D que ha movido el progreso alemán: mientras nuestras estaciones de ferrocarril tienen algunas tiendas, tal vez un bar e, incluso, un gimnasio en la de Chamartín o un centro comercial en la de Málaga, los coloneses han puesto una catedral en su Hauptbahnhof, lo que facilita, y no poco, las visitas turísticas.
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