Aunque me cueste reconocerlo, parece que el Tenorio y otras singularidades culturales propias de estas tierras en el día de difuntos han perdido la batalla contra Halloween, con las honrosas excepciones de algunos dulces imposibles de sustituir por la bazofia anglosajona y los ritos centroamericanos herederos mestizos de los nuestros. Rendido ante esa colonización en la que han tenido su parte de responsabilidad bienintencionada los docentes de inglés de escuelas e institutos, quiero aportar mi granito de arena para convertir los disfraces terroríficos propios de esta costumbre bárbara en algo más antropológicamente cercano a la realidad patria o, como diría el ojalá-ex-ministro de educación nacional, españolizar Halloween.
Por eso, mi primera propuesta es un brindis al personaje y pido a chicos y grandes que sustituyan el disfraz del joker terrible de Batman por un disfraz del ojalá-ex-ministro, los parecidos son más que razonables, como puede apreciarse, y los hechos los igualan, aunque el segundo da más miedo, sin lugar a dudas:
Si, por el contrario, quiere aprovecharse el disfraz de vampiro del año pasado, otro ojalá-ex-ministro no dejará indiferente al más valiente, que podrá irse por la pata abajo de miedo viendo este otro modelo:
Aunque en estos tiempos, tras el éxito de series como true blood, el vampirismo no es exclusivo del género masculino, por lo que las féminas que deseen ejercer de vampiras, que no vampiresas, y causar pavor entre sus familiares, amigos y vecinos, nada más adecuado que revestirse a la germánica manera:
Uno de los seres más entrañables de Halloween es el fantasma, por definición un espíritu que vaga presa de una maldición que no puede vencer. Dicen los estudiosos de lo paranormal que desde hace décadas se aparece por los edificios de la administración regional un ser capaz de convertir en arruinar gobiernos y proyectos; aseguran que se pega a quien detenta el poder hasta que consigue aborrecerlo. Con medios nada sofisticados pueden obtenerse instantáneas del personaje, pues se prodiga con empalagosa frecuencia.
No puede haber Halloween sin brujas, esas que hacen conjuros, especialmente de magia negra. Si hay un conjuro para conseguir lo imposible, ese es el utilizado por este personaje, con el que consiguió llegar a la cúpula de trabajo sin haber trabajado en su vida. Se le conocen otras brujerías como la conversión de los trabajadores públicos que se van al paro en personas, pobrecicas ellas, o el intento de convencer al personal de que el último aumento del paro al 25 % es una muestra de recuperación, pero ese bebedizo no se lo ha tragado nadie.
Sin las arañas, las brujas no serían nada, pues son elementos esenciales en sus pociones a las que confieren su carácter envenenado. Tampoco es complicado el disfraz de araña, la propuesta aterra:
El gato negro es uno de los personajes más presentes en la iconografía de Halloween; aunque parezca mentira no es nada complicado disfrazarse de este animal gafe y de mal agüero cuya sola presencia pone los pelos de punta, ahí va una propuesta:
El ulular de las lechuzas vaticina la muerte, por eso son imprescindibles en Halloween; no es necesario ser especialmente inteligente para ser una lechuza de Halloween, basta con ser portador de mensajes siniestros como los que siempre comunica este otro personaje:
La luna llena es imprescindible en cualquier aquelarre que se precie, ella ilumina el poder maligno y las malas argucias encuentran en ella la luz necesaria para reproducirse.
Existe también una versión lunar masculina que, aunque menos empleada en los disfraces, aporta mucho más lustre:
No pocos niños eligen el disfraz de momia para sus apariciones durante la noche de difuntos, este modelo viene usándose desde los albores de la democracia y su desgaste natural proporciona más prestancia a un conjunto de miedo:
Decapitados o amputados son también moneda común en esta noche mágica. El disfraz es tan sencillo como pedirle la ropa a ese parado de la familia; al vecino víctima de ERE; el tío funcionario; la conocida autónoma; la hermana mayor con hipoteca; a cualquiera que tenga cuenta en el banco o eche gasolina o compre el pan cuando pueda; sea víctima o usuario de la sanidad pública; vaya a la guardería, a la escuela, el instituto o la universidad... Es decir, a cualquiera que no sea diputado, ministro o alto cargo de un banco. Y esto sí que da canguelo.
No es que las calabazas sean especialmente terribles, son más bien sosas, sin embargo, cuando se iluminan pueden causar mucho miedo. Nuestra gama iluminada y sosa cuenta con este, su modelo estrella:
El esqueleto es el símbolo de la muerte por excelencia y hay cadáveres que han dejado un rastro de cadáveres antes de serlo, si quieres tomar ese terrible aspecto disfrázate de:
El problema de Frankenstein es que estaba hecho de pedazos inservibles su imagen y su forma de ser y actuar eran desconcertantes. Desconcierta a tu entorno y pásmalos de angustia:
Aunque no se corresponda estrictamente con la tradición, las modas también imperan en esta tan poco tradicional fiesta, por eso, es posible que este año triunfe el Ecce Homo de Borja o alguna de sus adaptaciones autoperpetradas ¡Terrorífico!:
Si queremos atemorizar por lo violento, tipo Chuki, bastará con un traje de guardia de la porra, si es con perilla, mejor.
Para terminar, puede darse el caso de que queramos disfrazar a los dos mellizos de la casa en plan la semilla del mal. Para estas ocasiones se dispone de un modelo que dejará horrorizado a a todo trabajador honrado que se precie:
Nota: como resulta obvio, cualquier parecido de los modelos con la realidad es una mera conincidencia. Si algún personaje se sintiera identificado con los que aparecen en estas imágenes, sepa que ha sido hallado en internet escribiendo como criterio de búsqueda la palabra específica: bruja, vampiro, gemelo diabólico...
La Constitución española dice que sus señorías, ilustrísimas, excelencias o lo que sea son inviolables. También garantiza el derecho al trabajo, a una vivienda digna, a la sanidad, a la educación y hasta mi inviolabilidad, la de mi patrimonio (en el que se incluye mi sueldo y mis pagas extras) y la de mi libertad; sin embargo hace ya tiempo que andan dándome por el saco.
martes, 30 de octubre de 2012
No te rindas
Piedad me ha traído esta mañana unos versos de Benedetti a través de Facebook (ojalá lo hubiera recordado la semana pasada) y los versos me han traído el poema entero que, desde luego, merece la pena ser leído y releído en este otoño caliente que anuncia un invierno frío y larguísimo, aunque solo sea para tener un horizonte al que llegaremos, sin duda.
No te rindas, aun estas a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estas sola,
porque yo te quiero.
Y también un recitado en vídeo, no es el mejor, pero vale para escucharlo:
lunes, 29 de octubre de 2012
Los jóvenes españoles, una generación sacrificada
Aprovecho mis deberes de francés para traducir un artículo firmado por Anne Cheyvalle en Le Figaro, periódico nada sospechoso de antisistema (advierto).
Esto es lo que realmente daña la imagen de España y es que, señores desgobernantes, hasta la prensa conservadora está preocupada por el resultado de sus desgobiernos. Todavía recuerdo a Álvarez Cascos, ministro de fomento de Aznar regodeándose del precio de la vivienda en España con el inteligente argumento de que estaba cara porque los españoles podían pagarla. Y tipos como éstos siguen en política...
Vamos con ello
El país ha pasado la barrera de los cinco millones de parados. Lo que es peor, el 45 % de los jóvenes carecen de empleo. Una generación perdida en el espejismo de la construcción que sobrevive de empleos precarios, trabajo en negro y solidaridad familiar.
La historia de Javier e Isabel demuestra esta realidad. En los años 2000 la vida sonreía a la joven pareja, Javier ganaba más de 3000 euros al mes en la construcción, Isabel trabajaba en el Ayuntamiento; pudieron encontrar la casa de sus sueños a crédito. Más tarde la burbuja se desinfló, la crisis se llevó a decenas de empresas: perdieron su empleo, su casa. La familia, con cuatro hijos de edades entre 8 y 18 años tuvo que refugiarse en casa del padre de Isabel. Sus ingresos se limitan a 800 euros -dos subsidios de solidaridad- y en algunos meses no les quedará más que los 900 euros de pensión de jubilación del abuelo. Van viviendo de pequeños trabajos en negro. Hoy, el país cuenta con más de 1,5 millones de hogares donde todos sus miembros están en el paro.
El drama de España es el nivel de fracaso escolar muy elevado y la falta de cualificaciones, explica Juan Romero, profesor universitario de geografía urbana. La burbuja inmobiliaria ha sido un desastre, ha sacado cientos de jóvenes del sistema educativo, atraídos por salarios muy atractivos.
La precariedad es también cotidiana para Alberto, 31 años, forzado a regresar a casa de sus padres, tras haber tentado su suerte como camarero en Barcelona, o también Laia, 25 años, máster (de dos años), quien a falta de puestos en la educación, da clases particulares en negro. Eva, teniente de alcalde, se reconoce inquieta por el futuro. "La gente aquí sale adelante gracias a la familia y la economía sumergida, gracias también al dinero ahorrado durante las vacas gordas. Pero temo una explosión social cuando las ayudas se terminen, porque el empleo no está próximo a remontar".
Esto es lo que realmente daña la imagen de España y es que, señores desgobernantes, hasta la prensa conservadora está preocupada por el resultado de sus desgobiernos. Todavía recuerdo a Álvarez Cascos, ministro de fomento de Aznar regodeándose del precio de la vivienda en España con el inteligente argumento de que estaba cara porque los españoles podían pagarla. Y tipos como éstos siguen en política...
Vamos con ello
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El país ha pasado la barrera de los cinco millones de parados. Lo que es peor, el 45 % de los jóvenes carecen de empleo. Una generación perdida en el espejismo de la construcción que sobrevive de empleos precarios, trabajo en negro y solidaridad familiar.
La historia de Javier e Isabel demuestra esta realidad. En los años 2000 la vida sonreía a la joven pareja, Javier ganaba más de 3000 euros al mes en la construcción, Isabel trabajaba en el Ayuntamiento; pudieron encontrar la casa de sus sueños a crédito. Más tarde la burbuja se desinfló, la crisis se llevó a decenas de empresas: perdieron su empleo, su casa. La familia, con cuatro hijos de edades entre 8 y 18 años tuvo que refugiarse en casa del padre de Isabel. Sus ingresos se limitan a 800 euros -dos subsidios de solidaridad- y en algunos meses no les quedará más que los 900 euros de pensión de jubilación del abuelo. Van viviendo de pequeños trabajos en negro. Hoy, el país cuenta con más de 1,5 millones de hogares donde todos sus miembros están en el paro.
El drama de España es el nivel de fracaso escolar muy elevado y la falta de cualificaciones, explica Juan Romero, profesor universitario de geografía urbana. La burbuja inmobiliaria ha sido un desastre, ha sacado cientos de jóvenes del sistema educativo, atraídos por salarios muy atractivos.
La precariedad es también cotidiana para Alberto, 31 años, forzado a regresar a casa de sus padres, tras haber tentado su suerte como camarero en Barcelona, o también Laia, 25 años, máster (de dos años), quien a falta de puestos en la educación, da clases particulares en negro. Eva, teniente de alcalde, se reconoce inquieta por el futuro. "La gente aquí sale adelante gracias a la familia y la economía sumergida, gracias también al dinero ahorrado durante las vacas gordas. Pero temo una explosión social cuando las ayudas se terminen, porque el empleo no está próximo a remontar".
martes, 23 de octubre de 2012
Els macarras de la història
Nota: És la primera vegada que escric un article en tres versions. La tercera, aquesta, la intento en català, amb les meves disculpes per els qui parlen habitualment aquesta llengua. He llegit i escoltat molt català i fins a parlat, però ho he escrit poc pel que suposo que apareixerà encotillat, no obstant això vull demostrar amb això als meus crítics que no tinc cap animadversió pel català.
No negaré la qualitat literària d'Albert Sánchez Pinyol, autor de l'èxit de vendes *Victus, però sí puc qüestionar el seu rigor històric interessat que, com a tants i punts catalans (polítics i erudits venuts a ells i, per contagi, ciutadans), prostitueixen a la història i la fican en el llit amb interessos nacionalistes (ja ho va fer Franco en la història que vaig començar a estudiar des de petit en l'enciclopèdia i ho han seguit fent en algunes comunitats autònomes mal cridades històriques, histriónics? que, no contentes amb el seu interessant passat -que ho és-, han d'inventar-se un altre).
Vaig escoltar ahir l'entrevista que Gemma Nierga i José María *Patiño van fer a l'autor en l'ara com ara de la Cadena Ser, que reprodueixo completa per interessant:
La conversa m'estava interessant, doncs el llibre narra esdeveniments de la guerra de successió espanyola que, a principis del segle XVIII, va imposar (a la corona d'Aragó, per exemple) als Borbó en el tron d'Espanya i va suposar una guerra civil interior i una guerra europea en l'exterior. Excepte perquè Sánchez Pinyol parlava exclusivament de la relació entre Catalunya i la monarquia sense fer extensiva aquesta manera de fer a la resta de la Corona d'Aragó, la seva intervenció era irreprotxable. Però va arribar el minut 9:30 i José María Patiño fa la pregunta que transcric, juntament amb la no-resposta del novel·lista i antropòleg.
Com a pregunta i resposta es van fer en castellà, així les mantinc
José María Patiño: En su novela, de todas formas, hay bastantes elementos de verosimilitud histórica, como he dicho está muy bien documentada, pero usted habla en algún momento del Reino de Cataluña, cuando, en realidad Fernando... era rey de Aragón... Entonces ahí podría... Usted cree que esto se podría... Podría ser un elemento de crítica... (Joder, comento, vaya miedo que tiene un periodista de la talla de Patiño para hacer una pregunta sencillita, hay que oírlo para entenderlo).
Albert Sánchez Piñol: No... Se... Pero... Mira... Lo que yo creo que es lo importante que se cuenta en la novela es el enfrentamiento entre dos formas aaa...antipódicas de entender el poder que eran la castellana y la catalana, eso sí que existió, esa pugna, al margen de que (pischt...) unos reinos... les fuera... (pischt...) Había (eh...) (eh...) para... Los castellanos tenían una frase que era para mí muy definitoria ¿no? es... la palabra del Rey es Ley, punto. En cambio los mismos estos políticos castellanos te decían ¡Hombre...! es que, para los catalanes el Rey solo lo es en abstracto, je, je, je, es decir... ¡nada, nada! el Rey estaba allí pero los que mandaban eran las cortes catalanas. Ese proyecto... esos dos proyectos de como entender el poder antes o después tenían que chocar dentro del, del, del ... régimen español. Bueno triunfó el proyecto castellano, pero es por eso que je, je, je...
José María Patiño: No, no, pero
Es barregen les dues veus i ja no s'entén gens fins que Nierga intervé per desviar, interessadament, el tema cap a altres rumbs.
Em permeto traduir la resposta de Sánchez Piñol a un llenguatge més intel·ligible: La gallina podria haver estat perfectament la contestació.
Hi ha dues coses clares: que l'escola d'oratòria de Mariano Rajoy fa tant furor a Catalunya que fins a un dels escriptors en català de major èxit (encara que *Victus estigui escrit en castellà) és alumne avantatjat. I que hi ha preguntes que o no s'han de fer o no se saben contestar sent políticament correcte (per als possibles compradors del llibre als comtats).
El llibre és bo, molt interessadament ben documentat, però bé, en part també per això. La no-resposta de Sánchez Piñol no és excusa suficient per no llegir-ho... Les biblioteques públiques donen un bon servei a els qui no vulguin regalar-li el sou a l'autor.
Em foten tant el nacionalisme espanyol com el català (també l'aragonès, que consti) i, encara que estimo els meus senyals d'identitat i admiro a els qui defensen les seves, ni m'agrada posar-les per bandera de res ni que ningú les posi. I, abans de res, em rebenta que el personal es cardi a la veracitat històrica sigui per vendre més llibres, robar més vots o enfrontar al personal en conflictes absurds mentre perilla l'ecosistema de la gent, la supervivència social i econòmica (a Catalunya, a Aragó, a Espanya o allà on hagin parit a qualsevol governant venut).
No negaré la qualitat literària d'Albert Sánchez Pinyol, autor de l'èxit de vendes *Victus, però sí puc qüestionar el seu rigor històric interessat que, com a tants i punts catalans (polítics i erudits venuts a ells i, per contagi, ciutadans), prostitueixen a la història i la fican en el llit amb interessos nacionalistes (ja ho va fer Franco en la història que vaig començar a estudiar des de petit en l'enciclopèdia i ho han seguit fent en algunes comunitats autònomes mal cridades històriques, histriónics? que, no contentes amb el seu interessant passat -que ho és-, han d'inventar-se un altre).
Vaig escoltar ahir l'entrevista que Gemma Nierga i José María *Patiño van fer a l'autor en l'ara com ara de la Cadena Ser, que reprodueixo completa per interessant:
La conversa m'estava interessant, doncs el llibre narra esdeveniments de la guerra de successió espanyola que, a principis del segle XVIII, va imposar (a la corona d'Aragó, per exemple) als Borbó en el tron d'Espanya i va suposar una guerra civil interior i una guerra europea en l'exterior. Excepte perquè Sánchez Pinyol parlava exclusivament de la relació entre Catalunya i la monarquia sense fer extensiva aquesta manera de fer a la resta de la Corona d'Aragó, la seva intervenció era irreprotxable. Però va arribar el minut 9:30 i José María Patiño fa la pregunta que transcric, juntament amb la no-resposta del novel·lista i antropòleg.
Com a pregunta i resposta es van fer en castellà, així les mantinc
José María Patiño: En su novela, de todas formas, hay bastantes elementos de verosimilitud histórica, como he dicho está muy bien documentada, pero usted habla en algún momento del Reino de Cataluña, cuando, en realidad Fernando... era rey de Aragón... Entonces ahí podría... Usted cree que esto se podría... Podría ser un elemento de crítica... (Joder, comento, vaya miedo que tiene un periodista de la talla de Patiño para hacer una pregunta sencillita, hay que oírlo para entenderlo).
Albert Sánchez Piñol: No... Se... Pero... Mira... Lo que yo creo que es lo importante que se cuenta en la novela es el enfrentamiento entre dos formas aaa...antipódicas de entender el poder que eran la castellana y la catalana, eso sí que existió, esa pugna, al margen de que (pischt...) unos reinos... les fuera... (pischt...) Había (eh...) (eh...) para... Los castellanos tenían una frase que era para mí muy definitoria ¿no? es... la palabra del Rey es Ley, punto. En cambio los mismos estos políticos castellanos te decían ¡Hombre...! es que, para los catalanes el Rey solo lo es en abstracto, je, je, je, es decir... ¡nada, nada! el Rey estaba allí pero los que mandaban eran las cortes catalanas. Ese proyecto... esos dos proyectos de como entender el poder antes o después tenían que chocar dentro del, del, del ... régimen español. Bueno triunfó el proyecto castellano, pero es por eso que je, je, je...
José María Patiño: No, no, pero
Es barregen les dues veus i ja no s'entén gens fins que Nierga intervé per desviar, interessadament, el tema cap a altres rumbs.
Em permeto traduir la resposta de Sánchez Piñol a un llenguatge més intel·ligible: La gallina podria haver estat perfectament la contestació.
Hi ha dues coses clares: que l'escola d'oratòria de Mariano Rajoy fa tant furor a Catalunya que fins a un dels escriptors en català de major èxit (encara que *Victus estigui escrit en castellà) és alumne avantatjat. I que hi ha preguntes que o no s'han de fer o no se saben contestar sent políticament correcte (per als possibles compradors del llibre als comtats).
El llibre és bo, molt interessadament ben documentat, però bé, en part també per això. La no-resposta de Sánchez Piñol no és excusa suficient per no llegir-ho... Les biblioteques públiques donen un bon servei a els qui no vulguin regalar-li el sou a l'autor.
Em foten tant el nacionalisme espanyol com el català (també l'aragonès, que consti) i, encara que estimo els meus senyals d'identitat i admiro a els qui defensen les seves, ni m'agrada posar-les per bandera de res ni que ningú les posi. I, abans de res, em rebenta que el personal es cardi a la veracitat històrica sigui per vendre més llibres, robar més vots o enfrontar al personal en conflictes absurds mentre perilla l'ecosistema de la gent, la supervivència social i econòmica (a Catalunya, a Aragó, a Espanya o allà on hagin parit a qualsevol governant venut).
Democracia enferma
Que nuestro sistema electoral padezca la enfermedad de la injusticia no quiere decir que sea ilegal; lamentablemente la llegada de la democracia a España vino acompañada de un virus infeccioso (la ley d'hont) que contamina a la representatividad. Por otra parte, las circunscripciones electorales que asignan un número de escaños por territorio no cuenta con un mecanismo corrector que aplique el número de votos obtenido a nivel nacional (en el caso de unas generales o regional (en el caso de unas autonómicas). Ambas realidades, legales e incluidas en un sistema electoral que es preciso cambiar para que, además de ser legal, sea justo, imposibilita el principio democrático de que todos los votos valen igual.
Tomaré, por ejemplo, las recientes elecciones gallegas, no porque en Euskalerria no haya ocurrido tres cuartos de lo mismo, sino porque se están poniendo como ejemplo interesado del respaldo popular a los recortes del gobierno central y eso no es sino demagogia perversa si atendemos a los siguientes datos:
Escaños en el parlamento gallego: 75
La lectura está clara: aplicando los parámetros extrañamente proporcionales de nuestra ley electoral, que siempre beneficia a la mayoría, resulta que AGE ha necesitado un 42 % de votos más que el PP para cada escaño (6.475 votos más). Al menos, perverso.
Si se analiza atentamente este cuadro publicado por la Vanguardia veremos que el PP, que ha obtenido la mayoría absoluta y se ha hecho con tres escaños más que en 2009 (41 por 38), ha sido castigado con 127.885 votos menos. Bonita forma de premiar un castigo.
Pero vayamos más allá, la infografía se comenta sola:
La mayoría absoluta del PP gallego se cimienta sobre el 27,5 % de los electores. Es decir, que los elegidos por poco más de la cuarta parte del electorado decidirán sobre el 100 % del pueblo cuando casi las dos terceras partes de éste no les ha votado. Veneno puro para un sistema electoral llamado democrático, es cierto, algo (mucho) falla.
Veamos ahora la distribución de la decisión de voto (o de no voto, que también es una decisión que representa hartazgo, pasotismo o aquello de que no nos representan...):
Es sencillo comprobar que el 44 % de los electores gallegos no están representados en el parlamento autonómico; se entiende que, cuando parte de esta gente salga a la calle a decir que no nos representan llevan la razón en su declaración.
Si hacemos la supuesta composición del parlamento gallego otorgando la legitimidad que tienen los votos en blanco, nulos, abstenciones... veremos que el reparto de escaños sería el siguiente:
¿Dónde está la mayoría absoluta ahora? ¿Por qué no se representa, con escaños vacíos, la voluntad ciudadana de que los haya? ¿Qué ocurriría si las listas fueran abiertas? La respuesta a cada una de estas preguntas requiere una reforma de nuestra ley electoral si no queremos que acabe sepultando nuestro sistema democrático.
Tomaré, por ejemplo, las recientes elecciones gallegas, no porque en Euskalerria no haya ocurrido tres cuartos de lo mismo, sino porque se están poniendo como ejemplo interesado del respaldo popular a los recortes del gobierno central y eso no es sino demagogia perversa si atendemos a los siguientes datos:
Escaños en el parlamento gallego: 75
Pero vayamos más allá, la infografía se comenta sola:
Veamos ahora la distribución de la decisión de voto (o de no voto, que también es una decisión que representa hartazgo, pasotismo o aquello de que no nos representan...):
Es sencillo comprobar que el 44 % de los electores gallegos no están representados en el parlamento autonómico; se entiende que, cuando parte de esta gente salga a la calle a decir que no nos representan llevan la razón en su declaración.
Si hacemos la supuesta composición del parlamento gallego otorgando la legitimidad que tienen los votos en blanco, nulos, abstenciones... veremos que el reparto de escaños sería el siguiente:
¿Dónde está la mayoría absoluta ahora? ¿Por qué no se representa, con escaños vacíos, la voluntad ciudadana de que los haya? ¿Qué ocurriría si las listas fueran abiertas? La respuesta a cada una de estas preguntas requiere una reforma de nuestra ley electoral si no queremos que acabe sepultando nuestro sistema democrático.
sábado, 20 de octubre de 2012
Los macarras de la historia
No negaré la calidad literaria de Albert Sánchez Piñol, autor del éxito de ventas Victus, pero sí puedo cuestionar su rigor histórico interesado que, como tantos y tantos catalanes (políticos y eruditos vendidos a ellos y, por contagio, ciudadanos), prostituyen a la historia y la encaman con intereses nacionalistas (ya lo hizo Franco en la historia que comencé a estudiar desde pequeño en la enciclopedia y lo han seguido haciendo en algunas comunidades autónomas mal llamadas históricas ¿histriónicas? que, no contentas con su interesante pasado -que lo es-, tienen que inventarse otro).
Escuché ayer la entrevista que Gemma Nierga y José María Patiño hicieron al autor en el hoy por hoy de la Cadena Ser, que reproduzco completa por interesante:
La conversación me estaba interesando, pues el libro narra acontecimientos de la guerra de sucesión española que, a principios del siglo XVIII, impuso (a la corona de Aragón, por ejemplo) a los Borbones en el trono de España y supuso una guerra civil interior y una guerra europea en el exterior. Salvo porque Sánchez Piñol hablaba exclusivamente de la relación entre Cataluña y la monarquía sin hacer extensiva esa manera de hacer al resto de la Corona de Aragón, su intervención era irreprochable. Pero llegó el minuto 9:30 y José María Patiño hace la pregunta que transcribo, junto con la no-respuesta del novelista y antropólogo.
José María Patiño: En su novela, de todas formas, hay bastantes elementos de verosimilitud histórica, como he dicho está muy bien documentada, pero usted habla en algún momento del Reino de Cataluña, cuando, en realidad Fernando... era rey de Aragón... Entonces ahí podría... Usted cree que esto se podría... Podría ser un elemento de crítica... (Joder, comento, vaya miedo que tiene un periodista de la talla de Patiño para hacer una pregunta sencillita, hay que oírlo para entenderlo).
Albert Sánchez Piñol: No... Se... Pero... Mira... Lo que yo creo que es lo importante que se cuenta en la novela es el enfrentamiento entre dos formas aaa...antipódicas de entender el poder que eran la castellana y la catalana, eso sí que existió, esa pugna, al margen de que (pischt...) unos reinos... les fuera... (pischt...) Había (eh...) (eh...) para... Los castellanos tenían una frase que era para mí muy definitoria ¿no? es... la palabra del Rey es Ley, punto. En cambio los mismos estos políticos castellanos te decían ¡Hombre...! es que, para los catalanes el Rey solo lo es en abstracto, je, je, je, es decir... ¡nada, nada! el Rey estaba allí pero los que mandaban eran las cortes catalanas. Ese proyecto... esos dos proyectos de como entender el poder antes o después tenían que chocar dentro del, del, del ... régimen español. Bueno triunfó el proyecto castellano, pero es por eso que je, je, je...
José María Patiño: No, no, pero
Se mezclan las dos voces y ya no se entiende nada hasta que Nierga interviene para desviar, interesadamente, el tema hacia otros derroteros.
Me permito traducir la respuesta de Sánchez Piñol a un lenguaje más inteligible: La gallina podría haber sido perfectamente la contestación.
Hay dos cosas claras: que la escuela de oratoria de Mariano Rajoy hace tanto furor en Cataluña que hasta uno de los escritores en catalán de mayor éxito (aunque Victus esté escrito en castellano) es alumno aventajado. Y que hay preguntas que o no se deben hacer o no se saben contestar siendo políticamente correcto (para los posibles compradores del libro en los condados).
El libro es bueno, muy interesadamente bien documentado, pero bueno, en parte también por eso. La no-respuesta de Sánchez Piñol no es excusa suficiente para no leerlo... Las bibliotecas públicas dan un buen servicio a quienes no quieran regalarle el sueldo al autor.
Me repatean tanto el nacionalismo español como el catalán (también el aragonés, que conste) y, aunque amo mis señas de identidad y admiro a quienes defienden las suyas, ni me gusta ponerlas por bandera de nada ni que nadie las ponga. Y, ante todo, me revienta que el personal se chingue a la veracidad histórica sea para vender más libros, robar más votos o enfrentar al personal en conflictos absurdos mientras peligra el ecosistema de la gente, la supervivencia social y económica (en Cataluña, en Aragón, en España o donde quiera que hayan parido a cualquier gobernante vendido).
Escuché ayer la entrevista que Gemma Nierga y José María Patiño hicieron al autor en el hoy por hoy de la Cadena Ser, que reproduzco completa por interesante:
La conversación me estaba interesando, pues el libro narra acontecimientos de la guerra de sucesión española que, a principios del siglo XVIII, impuso (a la corona de Aragón, por ejemplo) a los Borbones en el trono de España y supuso una guerra civil interior y una guerra europea en el exterior. Salvo porque Sánchez Piñol hablaba exclusivamente de la relación entre Cataluña y la monarquía sin hacer extensiva esa manera de hacer al resto de la Corona de Aragón, su intervención era irreprochable. Pero llegó el minuto 9:30 y José María Patiño hace la pregunta que transcribo, junto con la no-respuesta del novelista y antropólogo.
José María Patiño: En su novela, de todas formas, hay bastantes elementos de verosimilitud histórica, como he dicho está muy bien documentada, pero usted habla en algún momento del Reino de Cataluña, cuando, en realidad Fernando... era rey de Aragón... Entonces ahí podría... Usted cree que esto se podría... Podría ser un elemento de crítica... (Joder, comento, vaya miedo que tiene un periodista de la talla de Patiño para hacer una pregunta sencillita, hay que oírlo para entenderlo).
Albert Sánchez Piñol: No... Se... Pero... Mira... Lo que yo creo que es lo importante que se cuenta en la novela es el enfrentamiento entre dos formas aaa...antipódicas de entender el poder que eran la castellana y la catalana, eso sí que existió, esa pugna, al margen de que (pischt...) unos reinos... les fuera... (pischt...) Había (eh...) (eh...) para... Los castellanos tenían una frase que era para mí muy definitoria ¿no? es... la palabra del Rey es Ley, punto. En cambio los mismos estos políticos castellanos te decían ¡Hombre...! es que, para los catalanes el Rey solo lo es en abstracto, je, je, je, es decir... ¡nada, nada! el Rey estaba allí pero los que mandaban eran las cortes catalanas. Ese proyecto... esos dos proyectos de como entender el poder antes o después tenían que chocar dentro del, del, del ... régimen español. Bueno triunfó el proyecto castellano, pero es por eso que je, je, je...
José María Patiño: No, no, pero
Se mezclan las dos voces y ya no se entiende nada hasta que Nierga interviene para desviar, interesadamente, el tema hacia otros derroteros.
Me permito traducir la respuesta de Sánchez Piñol a un lenguaje más inteligible: La gallina podría haber sido perfectamente la contestación.
Hay dos cosas claras: que la escuela de oratoria de Mariano Rajoy hace tanto furor en Cataluña que hasta uno de los escritores en catalán de mayor éxito (aunque Victus esté escrito en castellano) es alumno aventajado. Y que hay preguntas que o no se deben hacer o no se saben contestar siendo políticamente correcto (para los posibles compradores del libro en los condados).
El libro es bueno, muy interesadamente bien documentado, pero bueno, en parte también por eso. La no-respuesta de Sánchez Piñol no es excusa suficiente para no leerlo... Las bibliotecas públicas dan un buen servicio a quienes no quieran regalarle el sueldo al autor.
Me repatean tanto el nacionalismo español como el catalán (también el aragonés, que conste) y, aunque amo mis señas de identidad y admiro a quienes defienden las suyas, ni me gusta ponerlas por bandera de nada ni que nadie las ponga. Y, ante todo, me revienta que el personal se chingue a la veracidad histórica sea para vender más libros, robar más votos o enfrentar al personal en conflictos absurdos mientras peligra el ecosistema de la gente, la supervivencia social y económica (en Cataluña, en Aragón, en España o donde quiera que hayan parido a cualquier gobernante vendido).
Asilo político
Hace poco menos de un mes, Rajoy apelaba desde Nueva York a la mayoría silenciosa que no sale en las portadas de la prensa ni abre los telediarios para enfrentarla a los ciudadanos indignados que salieron a la calle para rodear el Congreso el 25-S. Decir obviedades es la característica de los necios: pues claro que había más gente en casa que en la calle, ¡no te jode! De la misma manera que por mucho que alardee el registrador de su mayoría absoluta, un 70 % de silenciosos o indignados españoles no le votamos en las elecciones de 2011 y no por ello presenta su dimisión; de la misma manera que ese 33 % de los llamados a las urnas no votaron a nadie ni falta que les hizo y no exigen (o sí) para ellos la mayoría absoluta pues son un millón y pico más que los votantes que se la dieron al PP. Las cuentas son las cuentas y las obviedades son las obviedades.
Leo que la reforma del código penal que nos prepara aquella gran esperanza blanca de la derecha reconvertida en azote de la libertad que se llama Ruiz Gallardón castiga hasta con seis meses de prisión ocupar una sucursal bancaria de esta guisa; hasta con dos años interrumpir el transporte público de esta otra; hasta con cuatro años y con la consideración de atentado puede castigarse la resistencia a la autoridad de esta manera; agredir a un político será atentado y puede suponer seis años de prisión; difundir por medios públicos actuaciones que alteren el orden público hasta un año de prisión (o sea, por muchos de los articulos de este blog un año de talego) ...
Resulta que, desde el mes de agosto, Llamazares anda pidiendo al gobierno la información del caso Falciani, el ex-empleado del banco suizo HSBC que se ofrecía a desenmascarar a los defraudadores españoles y del que nunca más se supo.
Viene a resultar que los directivos de ese banco malo que anuncian se embolsarán anualmente varios millones de euros en concepto de sueldos, eso sí, muy precarios comparados con los de otras entidades.
Que los congresistas no aceptaron a trámite una iniciativa legislativa popular para eliminar las prebendas de los parlamentarios censantes, ni aceptarán ninguna otra como así ha sido desde el principio de los tiempos.
Que el New York Times anda denunciando a los grandes defraudadores (de los de a miles de millones) españoles y nadie mueve un dedo.
Las manifestaciones pacíficas se reprimen con saña por la policía anticiudadana; el surrealista ministro de educación tilda de extremistas y antisistema a unos padres preocupados por cómo afectan sus recortes a la educación de sus hijos; la delegada del gobierno en Madrid cuestiona el derecho constitucional a la huelga y nadie la cesa; se aplican a los detenidos arbitrariamente en las manifestaciones figuras legales exageradas a juicio del juez; la justicia solo puede ser la que conviene al gobierno y a su grupo, de lo contrario es ácrata...
Y que el ministro del interior pretende prohibir la difusión de imágenes policiales en acto de servicio o como se llamen esas carnicerías a las que dedican parte de nuestros impuestos para que no se sepan cosas como la del poli de la perilla, que da mala imagen de la marca España.
No me explico que estemos pensando en pedir el rescate cuando lo que tendríamos que solicitar urgentemente es asilo político en Francia, donde parece que tienen un poco más claro el concepto de libertad.
"cuando la libertad de expresión se pervierte y se convierte en lesión al derecho al honor o a la seguridad ciudadana, debe encontrar los razonables limites en el ordenamiento jurídico, pues deja de ser un derecho para ser una conducta reprobable" Esto dice el ministro del interior de ESPAÑA. S'il vous plait, Monsieur le President de la Republique Française, je lui demande de l'asile politique.
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domingo, 14 de octubre de 2012
Brotes verdes
Nos viven tiempos brutales, nos habitan móstruos que deciden sobre nosotros como si nuestra in-voluntad fuera de Isis y no nuestra. Yo, optimista perdido, veo brotes verdes, esa expresión dulce que inventó una tipa penosa. En Oriente le han pegado un tiro en la cabeza a una niña (aquí le diríamos niña) para que deje de pensar en libertad. En nuestro Occidente seguimos como siempre, bajo el yugo y las flechas. En el trasatalántico la desesperanza blanca gana en las encuestas a la gran in-esperanza negra y Chávez se sigue llevando de calle a una revolución tan condicionada como bolivariana y medianilla (escribo este artículo enfrente de la casa donde vivió José Martí en su estancia zaragozana y me lo obliga).
Pero sé de brotes verdes: llueve en Zaragoza, unos chavales se han rapado el pelo para apoyar a un compañero enfermo que, como Sol y mis otras tantas queridas, se lo tuvo que rapar. En Guadalajara se movilizan para mantener abierta una biblioteca y esta mañana he visto reir a carcajadas a un niño chico. Seguro que esta noche viene la vida y me besa en la boca.
Mi nanual de estilo me dice que nunca tendría que escribir esto, pero no me resisto a reproducir lo que he puesto de madrugada en facebook:
Cuando se acabe el mundo el día del fin del mundo
quedarán dos huellas, al menos,
comiéndose a besos.
martes, 2 de octubre de 2012
Demagogia made in Cospedal
La medida de María Dolores de Cospedal, presidenta de Castilla la Mancha, de dejar sin sueldo a los diputados regionales puede caer simpática a primeva vista, sobre todo teniendo en cuenta la que está cayendo, merecidamente, contra la oligarquía política.
Sin embargo, esta decisión, que aparecerá en el presupuesto castellano-manchego para el curso próximo, merece varias lecturas complementarias, sobre todo viniendo de una presidenta que ha ingresado en sueldos públicos casi 751.000 euros en los últimos cinco años como senadora (ahora ya no lo es), secretaria general del PP, diputada regional (y ahora presidenta de Castlla-La Mancha) y los trienios como abogada del estado en excedencia (a los que, por nimios que sean, nunca renunció). Solo en 2009 llegó a declarar a Hacienda 259.589,06 euros, unos ingresos escandalosos en plena crisis si consideramos, insisto, que todo es dinero PÚBLICO. Ese mismo año, la presidenta declaró un saldo medio en sus cuentas de 508.822 euros (el año 2006 sólo tenía un saldo de 42.600) y una deuda hipotecaria de 753.213 euros que se quitó de un plumazo sin que mediara premio de la lotería ni nada parecido. Recientemente se ha comprado una chocita en Toledo de 700 metros cuadrados, con en una finca de 12.000 metros cuadrados, por el módico precio de 2,3 millones de euros.
Hecha esta primera lectura, vayamos con la segunda: la regeneración democrática, la desinfección de la política que necesitamos en España tiene que venir de la mano de la propia política, de la propia democracia, partiendo de la premisa, tantas veces olvidada, de que el poder reside en el pueblo. El cambio de sistema electoral para excluir a políticos corruptos y aprovechados es ineludible, como lo es también la búsqueda de soluciones participativas que permitan a la ciudadanía la intervención directa en política y eviten la cesión a fondo perdido de la soberanía popular durante cuatro años. Un sistema que impida alardear de y ejercer la mayoría absoluta a un gobierno que, como el actual, solo ha obtenido el 30,37% de los votos (10.866.566 de un censo electoral de 35.779.208 personas). Regenerar la política implica la pérdida de privilegios por parte de quienes la ejercen, equiparando su situación a la del resto de los mortales en lo que se refiere a percepción de salarios, derechos de jubilación y desempleo, dietas... Regenerar la política significa acabar con el enchufismo que hincha la nónima pública de familiares, amiguetes y pelotas varios con cargo al contribuyente y sin haber pasado por procesos selectivos transparentes. Regenerar la política significa que los corruptos den con sus huesos en la trena y con el botín en las cuentas del estado y que los despilfarradores respondan con su patrimonio de su mala gestión. Regenerar la política significa acabar con los partidos políticos subvencionados por todos y con los sindicatos clientes y agradecidos... Regenerar la política supone hacer un repaso coherente a Congreso, Senado (¿de qué sirve?), Comunidades autónomas, Diputaciones Provinciales, Comarcas, Mancomunidades, Ayuntamientos y pedanías y expurgarlas a fondo, eliminando referentes intermedios (las Diputaciones, por ejemplo, si existen las comarcas), evitar la duplicidad de servicios y garantizar la atención próxima a la ciudadanía.
La tercera lectura es histórica y nos lleva al caciquismo decimonónico donde solo los rentistas podían dedicarse a la política porque tenían medios económicos para hacerlo o mantener hombres de paja en los escaños que beneficiaran permanentemente a sus intereses. Despojar de un sueldo suficiente a los políticos supone aumentar el poder de la oligarquía política, dar cancha a grupos económicos y lobbys que lancen al poder títeres para manejarlos a su antojo y negar al pueblo el acceso a los cargos electos si algún día puede hacerlo en un sistema electoral abierto.
La cuarta lectura es muy simple, de sumas y restas: el presupuesto de Castilla-La mancha para el próximo año no miente. El ahorro en los sueldos correspondientes a los diputados autonómicos será de un millón de euros aproximadamente (cantidad nada desdeñable si se tienen en cuenta los brutales recortes que ha emprendido Cospedal en los servicios públicos), sin embargo, los 46 asesores (amiguetes y correveidiles nombrados o promocionados a dedo, que no elegidos) con los que cuenta la consejería de presidencia de la junta (los asesores directos de la presidenta) cobrarán 1.644.140 euros. En total, los 82 asesores de las seis consejerías de la junta cobrarán 3,26 millones de euros; recordemos: personal metido a dedo porque son del partido, primos segundos, hijos de gente a la que se deben favores, peloteos u otras cuestiones menos confesable. La cifra se ve completada por 67 millones reservados para cargos de alta dirección dentro de la Junta.
La conclusión es clara: setenta millones de euros de gasto para cargos colocados o promocionados a dedo frente a un millón de ahorro para representantes (o lo que sea con este sistema) elegidos en las elecciones... Demagogia populista y barata.
Sin embargo, esta decisión, que aparecerá en el presupuesto castellano-manchego para el curso próximo, merece varias lecturas complementarias, sobre todo viniendo de una presidenta que ha ingresado en sueldos públicos casi 751.000 euros en los últimos cinco años como senadora (ahora ya no lo es), secretaria general del PP, diputada regional (y ahora presidenta de Castlla-La Mancha) y los trienios como abogada del estado en excedencia (a los que, por nimios que sean, nunca renunció). Solo en 2009 llegó a declarar a Hacienda 259.589,06 euros, unos ingresos escandalosos en plena crisis si consideramos, insisto, que todo es dinero PÚBLICO. Ese mismo año, la presidenta declaró un saldo medio en sus cuentas de 508.822 euros (el año 2006 sólo tenía un saldo de 42.600) y una deuda hipotecaria de 753.213 euros que se quitó de un plumazo sin que mediara premio de la lotería ni nada parecido. Recientemente se ha comprado una chocita en Toledo de 700 metros cuadrados, con en una finca de 12.000 metros cuadrados, por el módico precio de 2,3 millones de euros.
Casa de la presidenta |
La tercera lectura es histórica y nos lleva al caciquismo decimonónico donde solo los rentistas podían dedicarse a la política porque tenían medios económicos para hacerlo o mantener hombres de paja en los escaños que beneficiaran permanentemente a sus intereses. Despojar de un sueldo suficiente a los políticos supone aumentar el poder de la oligarquía política, dar cancha a grupos económicos y lobbys que lancen al poder títeres para manejarlos a su antojo y negar al pueblo el acceso a los cargos electos si algún día puede hacerlo en un sistema electoral abierto.
La cuarta lectura es muy simple, de sumas y restas: el presupuesto de Castilla-La mancha para el próximo año no miente. El ahorro en los sueldos correspondientes a los diputados autonómicos será de un millón de euros aproximadamente (cantidad nada desdeñable si se tienen en cuenta los brutales recortes que ha emprendido Cospedal en los servicios públicos), sin embargo, los 46 asesores (amiguetes y correveidiles nombrados o promocionados a dedo, que no elegidos) con los que cuenta la consejería de presidencia de la junta (los asesores directos de la presidenta) cobrarán 1.644.140 euros. En total, los 82 asesores de las seis consejerías de la junta cobrarán 3,26 millones de euros; recordemos: personal metido a dedo porque son del partido, primos segundos, hijos de gente a la que se deben favores, peloteos u otras cuestiones menos confesable. La cifra se ve completada por 67 millones reservados para cargos de alta dirección dentro de la Junta.
La conclusión es clara: setenta millones de euros de gasto para cargos colocados o promocionados a dedo frente a un millón de ahorro para representantes (o lo que sea con este sistema) elegidos en las elecciones... Demagogia populista y barata.
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