jueves, 28 de julio de 2011

Elecciones 1995



Ya avisamos de que el gran beneficiado de la moción de censura de la legislatura de 1987 sería el Partido Popular, una vez satisfecha la deuda que los bilbilitanos tenían con Jorge Sánchez, y que creyeron conveniente saldar en las elecciones de 1991. Por eso los populares, con Fernando Martín a la cabeza, consiguieron su primera mayoría absoluta, confirmando así la progresión que venían manifestando desde el comienzo de las elecciones municipales y aprovechando la tendencia marcada por el hundimiento del felipismo que daría, al año siguiente, la primera victoria popular en unas elecciones generales. 

Calatayud confirmaba, de nuevo, su simpatía mayoritaria por las formaciones de derecha, el PSOE perdió más de la mitad de sus escaños y recuperaron su representación exigua Izquierda Unida y el Partido Aragonés, ambas encabezadas por mujeres: desde el lejano 1983, cuando entraba la primera mujer al concejo, tuvieron que transcurrir doce años para que dos listas (de partidos minoritarios en nuestro caso) fueran encabezadas por mujeres y alcanzaran escaño municipal. A las elecciones se presentaban también la CHA (Chunta Aragonesista), PIE (Partido de los Independientes de España) y UA (Unidad Aragonesa) que no obtuvieron escaños, de nuevo la opción del 7% de los votantes se quedaba fuera del Ayuntamiento por capricho de la Ley Electoral.

Era la época de creación de las comarcas y el PP bilbilitano aspiraba a incorporar la actual Comarca del Aranda al territorio de lo que más tarde sería la Comarca Comunidad de Calatayud; lo que hubiera unido a los 67 municipios que la conforman actualmente (con una superficie superior a la provincia de Vizcaya), 13 municipios más. Teniendo en cuenta que la adscripción a las comarcas era voluntad de cada municipio en función de sus señas geográficas y culturales o sociales, no se entienden muy bien la intención de añadir más localidades a una comarca que ya es la que más tiene de todo Aragón, a no ser que el motor de la idea fuese recibir más recursos (que, al fin y al cabo no serían nunca la suma de los recibidos por las dos comarcas), acumular más poder político (cosa nada improbable considerando, por una parte que por entonces el Aranda era mayoritariamente del PAR o que en la pugna por el poder provincial y regional del PP estaba inmerso el alcalde bilbilinano) o resucitar la megalómana idea de Calatayud como cuarta provincia de Aragón, que ya lo fue en 1822, en el trienio liberal.

Aunque otros no tenían clara su inclinación por el Jalón Medio, el Aranda o la Comunidad de Calatayud y se decidieron por unos o por otros a última hora y no sin presiones por todas las partes, los actuales trece pueblos del Aranda tenían muy clara su adscripción comarcal y se produjeron no pocas tensiones entre ambos territorios, incluido un intento de movilización en pro de la unión decidido en una populista y multitudinaria asamblea celebrada en Calatayud y presidida por el alcalde, que fue abortada en el mismo acto por alguna voz que pedía el respeto por la opción de los arandinos y por la decidida intervención del alcalde de Illueca en el mismo sentido.

Todo esto viene a cuenta porque lo que se prometía una legislatura municipal tranquila volvió a tensarse por estos acontecimientos y las presiones que unos y otros padecieron, hasta el punto que el grupo municipal del PSOE se rompió en pedazos: dos concejales, los favorables a la unión, dejaron el partido (que no el escaño) y pasaron al grupo mixto; los otros tres, probablemente disconformes con la unión (aunque no podían manifestarlo por no enfrentarse con la opinión pública creada), dimitieron, siendo sustituidos por otros tres concejales una vez zanjada la polémica. Lo que no sirvió para crear una macrocomarca fue útil para debilitar a la ya escasa oposición.

Por lo demás, la legislatura transcurrió en sintonía entre los gobiernos local y regional (una coalición PP-PAR presidida por Santiago Lanzuela) y, tras el triunfo de José María Aznar (en el año 1996), con el nacional.

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