sábado, 30 de julio de 2011
Ampelmännchen
Muchas veces he visto turistas sonriéndose con los semáforos bilbilitanos, cuando el hombrecillo verde comienza a correr al percatarse de que falta poco tiempo para el rojo. A mí me llamaron mucho la atención los semáforos alemanes, hasta me compré un pin del Ampelmännchen, un tipo simpático con su sombrero y todo.
El individuo fue rescatado de los semáforos de la Alemania del este y se ha convertido en todo un símbolo berlinés y de otros lares que aparece en camisetas, tazas y todo tipo de adminículos turísticos como mi pin; todavía dudo si se trata de un airoso braceo que acompaña a la amplia zancada, si es (viniendo de donde viene) un puño vigorosamente alzado o muestra de que la parte oriental padecía de cierta megalomanía (también genital); en cualquier caso la equívoca extremidad supone toda una incitación a cruzar la calle en busca de experiencias tan satisfactorias como las vividas por e hombrecillo. Y nosotros renunciando al toro y a la muñeca vestida de faralaes sobre la tele, una pena desperdiciar semejante mina con los tiempos que corren.
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