Las elecciones municipales de 2011 significaron la vuelta del PP a la mayoría absoluta y, por tanto, al gobierno de la ciudad. En este caso con cambio de candidato: José Manuel Aranda.
Aunque solo tres partidos consiguieron representación, nada más y nada menos que siete concurrieron a los comincios. Entre CHA, IU, el nuevo Unión, Progreso y Democracia y la Federación de Independientes de Aragón sumaron 953 votos que, a juicio de la Ley Electoral, no sirvieron para nada; de nuevo casi el 10 % de los votantes fueron marginados por la norma absurda e injusta.
Por esas cosas subrrealistas de la ley D'ondt, el PP solo con 449 votos más que en las elecciones anteriores, pasaba de 9 a 12 concejales y obtenía la mayoría absoluta, mientras que el PAR, con 284 votos menos, perdió un concejal. Y es que esto de la proporcionalidad no está nada claro.
Por cierto, que me chocó mucho que UPyD puenteara a su candidato local para colocar a un paracaidista y que su megafonía pregonara: Unión, Progreso y Democracia, el partido de los ciudadanos, el partido de Rosa Díez. ¡Toma ya regeneración!
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