Leo en infolibre no sólo que La libertad en el mundo retrocede por noveno año consecutivo, sino que los 195 países analizados, solo el 46 por ciento pueden ser considerados totalmente libres.
No me gusta nada ese lugar hacia donde nos llevan los tiempos, pero la crisis económica no es sino un engranaje más de un todo que pretende reducirnos hasta que, rendidos, bajemos los brazos; los mercados no sólo empobrecen los bolsillos de los ciudadanos, sino que limitan sus vidas para conseguir una sumisión que nos devuelve a un nuevo feudalismo donde los grandes señores (85 ricos suman tanto dinero como 3.570 millones de pobres del mundo) son las grandes corporaciones y los propietarios del capital y el resto cada vez más siervos y cada vez más engañados porque ni siquiera lo sabemos. No es extraño, por eso y por ejemplo, que seamos un gran negocio para los bancos, a los que vendemos, como si de un pacto con el diablo se tratara, nuestro futuro.
Por consiguiente, en los países "libres", tenemos que oponernos a cualquier intento de socavar la libertad, y en España tenemos un claro ejemplo con la ley mordaza o las privatizaciones de servicios públicos que no son sino ventas de lo colectivo a los mercados, amén de otras medidas europeas que pretenden preservar la libertad con menos libertad, con más miedo.
Esos sí son motivos para salir a la calle, por esas razones sí hubiera estado ayer en la calle, como he estado otras muchas veces, que de los líderes que necesitan enseñar que la tienen muy grande y de los personalismos excluyentes estoy hasta los cojones.
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