No sé si habrá muchas más cosas que me hagan tan feliz, seguramente sí, porque la felicidad está a la vuelta de la esquina aunque haya quien se empeñe en imponernos lo contrario; en mi cajita de felicidades tengo un día de finales de abril, de cada año, que es, cada uno que pasa, más importante para mis entrañas. Son mis amigos, con los que jugué, con los que hice la revolución ¿te acuerdas? -sí, es Topo- Este año tampoco has venido, pero hablamos de ti y de canciones -seguro que te habría gustado-).
Escribo mientras escucho a Bruce: AIN'T GOOD ENOUGH FOR YOU y me apetece abrazar a alguien. Sé que C está mucho más delgada, que a J le quitaron una hernia, que M sigue tan estupenda, que JL y MP son una pareja tan genial que fueron capaces de hacer una B y que M sigue tan facha como siempre añorando tanto al caudillo como a Lone Star (yo también, -a Lone Star- bueno y también al caudillo para que te meta en vereda -M- ya que M, que es la única navarra como tú, no puede).
Echamos de menos a E, que no ha podido venir este año, también a los que se han aburrido de nosotros porque, a lo peor, no tenían nada que decirnos, pero hablamos de ellos, con cariño, no vayáis a creer. Y a MP que nos dijiste algo un día y te fuiste otra vez, como siempre. Me enteré de la salud de A, jodido, menuda tontada peleamos por algo que perdimos, los dos. Y de M, siempre la madre de todos. Y de M, sólo has venido una Vez, Y de C, y de J, mis V. Y de L, el mejor extremo al otro lado de Ebro y de A... Pero, sobre todo nos acordamos de E, que llevaba el marcapsos debajo del jersey (era un paquete de ducados) y que es el único tipo que será capaz de volver a juntarnos a todos. Y, sobre todo, gracias A por seguir intentándolo.
