Habrá quien disculpará al Pte por despistado, torpe o estúpido, sus sobradas razones tendrán, pero mi idea es que no, que esta vez no ha mediado despiste ni siquiera torpeza o estupidez ni tampoco le ha traicionado el subconsciente; no, ha sido aposta. A 30 de diciembre de 2017 desear lo mejor para 2016 es patentizar más que el inmovilismo del percebe al que se refería Rosa María Artal en su "salmones contra percebes", la marcha atrás del cangrejo en esta democracia fingida que involuciona con paso firme hacia el absurdo absoluto.
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