Con apoyos así no tiene mucho mérito pedir la independencia para Cataluña, cualquiera se hace independentista catalán. Igual hasta yo me hago independentista, de momento me declaro independiente de Iturgáiz y de toda esa calaña que se cree que habla cuando le ponen un micro delante, pero no habla: vomita.
Los nacionalistas (Catalanes, Españoles y otras especies) se alimentan los unos a los otros y se necesitan para seguir engordando. Los ultra-nacionalistas españoles precisan a los independentistas catalanes y sus broncas para mantener el vivero de votos lo más abonado posible. Los secesionistas de los condados dependen de las bullas de los anti derecho a decidir para regar sus planteles electorales. Entre unos y otros han conseguido que un internacionalista como yo se declare independentista... de ellos. Insultos semejantes a la inteligencia podrían conseguir hasta que me haga catalán, si no fuera porque unos y otros son igual de impresentables (por decirlo suave).
Ahora sólo espero que algún periodista avezado invente el verbo independentizar en sustitución del conocido independizar para que la fiesta esté completa.
Mientras, yo sigo por el derecho a decidir, sobre eso y sobre muchos más asuntos, que se note que esto es una democracia.
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