Leo, bastante decepcionado, eso sí, que Rajoy acaba de regresar de China. Como dijo que se iba tan lejos, albergaba la esperanza de que se quedara más tiempo, como hace el esto de los mortales cuando viaja a Oriente.
Incluso había soñado que la leyenda urbana esa de que todo lo que pillan va al plato es cierta y que podría regresar en forma troceada de pato cantonés, pero no hay manera de que los sueños se conviertan en realidad.
Dicen que el canibalismo es una forma de amor, pero no es el caso.
En la foto Rajoy hablando en china y, al fondo, su discurso subtitulado en su habitual, entendible y perfecto castellano.
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