Que Carlos Dívar es un desvergonzado no tiene discusión, eso de gastarse la pasta pública en asuntos privados en estos tiempos parece poco edificante, sobre todo si uno es juez, presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo.
Sin embargo, la cosa no iría mucho más allá (ya estamos acostumbrados a que el personal que se cree más nadie use y abuse de su posición en beneficio propio) si el interfecto no hubiera solicitado la friolera de 208.000 euros por hacer mutis por el foro.
Si, es escandaloso que el supuesto malversador solicite la cifra y lo es más que las instituciones del tercer poder contemplen la posibilidad de que el cesante (sea Dívar o cualquier otro, se los embolse) y será más escandaloso todavía que se lo concedan, aunque nada de ello sea ilegal (lo que es mucho más escandaloso todavía).
Que se impute a Dívar y se le requiera la devolución de la pasta es imprescindible, a lo peor nos enteramos de que no solo él, sino otros jueces de los órganos de gobierno de lo judicial disponen de carta blanca (o azul -la VISA en Francia se llama carte bleu-) para sus caprichos y que eso es legal y que no hay forma de juzgarlo.
Que no se le pague la indemnización es irrenunciable, sobre todo cuando los administrativos, limpiadoras, conserjes... de cualquier juzgado no percibirán este año la paga de Navidad (y, sobre todo porque hay personal que lo pasa todavía mucho peor). Por eso invito a firmar este invento que me han mandado (lo pongo en rosa que parece muy adecuado al caso.
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