Vamos a contar mentiras, tralará... porque los dos mentimos, Sr. Ministro: usted lo hace cuando dice que sólo ha parado el 20 % del sector educativo y que ninguna comunidad ha superado el 50 % de huelguistas (la DGA, que también miente, cifra el alcance de la huelga en un 52 % y descalifica su mentira con otra); yo miento cuando afirmo que hemos sido el 80 %. En esto no podemos quedar como amigos: ni pa ti ni pa mí (80 + 20 / 2 = 50 %), porque ambos sabemos que mi estimación está más cerca de la realidad que la suya. Tampoco acepto el trato con Rudi (52 + 80/2 = 66 %), aunque se me antoja más razonable.
No acepto trato añguno porque el asunto de la educación no es cuestión ni de mentiras ni de porcentajes ni siquiera de números macroeconómicos, no. Es un asunto mucho más serio hecho de cualidades: competencia, conocimiento, igualdad, equidad, convivencia... y sensaciones, las que le produce a uno el acto educativo. Por eso le dejo con las sensaciones que he tenido este 22 de mayo en el que se me han mezclado muchas: rabia, respeto, alegría y, sobre todo el convencimiento de que ni perdidos ni solos, acabamos de encontrarnos y ya nos echamos de menos.
Esto no es crisis, es esperanza. Hasta la próxima, que la habrá.
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