Andan enredados los desgobiernos de España buscando a quién culpar del chanchullo de Bankia. Los unos dicen que el marrón es del gobernador del banco de España, un tal MAFO, que cuando proponía dentelladas al mercado de trabajo y a la sociedá del bienestar en vez de dedicarse a auditar, que es lo suyo, les parecía la reencarnación de santa maría la virgen de botella y su cohorte de querubines (y tendrán razón: MAZO es culpable del chanchullo de Bankia). Los otros, que son los mismos, aunque ahora parezca lo contrario, dicen que la culpa es de Rato, que se ha pegado en la poltrona bancaria año y pico para darle media verónica a la ruina de la entidad y embolsarse, de paso, millón y pico de machacantes con su pase a la reserva. En ese tiempo fusionó Cajamadrid, pesebre de los desmanes financieros madrileños, con Bancaja, garante de la incontinencia inmobiliaria valenciana, dicen los unos que engañado por MAFO, cuando hasta yo, que no puedo relacionar más de dos ideas en la cabeza, sabía que la cosa no iba a salir bien. (y tendrán razón: Rato es culpable del chanchullo de Bankia).
Ahora han nacionalizado la Bankia (pobre de mí: tantos años esperando para que nacionalicen la Banca y que los beneficios se repartan entre el personal y ahora nacionalizamos pérdidas -me imagino el alborozo en el otro desgobierno de IU, que lo propuso un día antes: Cayo, no tengas ideas, que es peor-) y el desgobierno actual ha puesto de jefe a un tal Goilrigonzarri, el mismo que se jubiló del BBVA con 56 tacos y una modesta pensión de un par de millones anuales y vitalicios para su uso y disfrute y clamaba por la reforma laboral (¡toma ya pago a tus desvelos!).
Los desgobiernos actual (del PP), anterior (del PSOE), permanente (de IU), aspirante (de Rosa Díez, sus siglas no importan demasiado), separatista (CiU -la U menos que la C, a ver si Durán va a renunciar a vivir en el Palace por la independencia de Catalunya-) y futuros tienen, por una vez y sumados, la razón: la culpa es de MAFO, Rato, Oliva (que no lo he nombrado pero era el malabarista -maliversionista- presidente de Bancaja), de los presidentes de las cajitas pequeñajas que, con desgobiernos autonómicos o municipales del PP, se adscribieron a la infusión por encima de lo que pensaran sus impositores (caja Rioja, caixa Laietana, caja Canarias, caja Ávila, caja Segovia), de los consejeros pertenecientes a TODOS los partidos (que había que merendar - medrar- en la caja del pueblo a costa de los ahorradores) representados, de los sindicalistas que cobraban emolumentos dignos del príncipe de Gales (y se hacían llevar -algunos, que lo sé- en auto oficial), de los concejales y concejalas que cargaban a la obra social el lavado de calzoncillos y bragas cuando iban de junta...
Todos los culpables de la crisis de Bankia (y de las que vendrán) tienen nombre y apellidos y responsabilidades en el entuerto. Hasta los padrastros de la patria, desgobiernos actuales, pasados, futuros, improbables e imposibles se han puesto de acuerdo: hay culpables. Pues bien, que caiga sobre ellos todo el peso de la Ley (la del pueblo, la de Mayúsculas), que paguen con su patrimonio y con el de sus compinches los desmanes cometidos. Al fin y al cabo nosotros estamos pagando con el nuestro los desgobiernos presente, pasado y futuro (hasta los improbales e imposibles, que el mercado para esto es implacable).
¿A que no tiene güevos la OCU?
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