Gracias a todos y a todas por vuestras felicitaciones. He procurado agradecerlo personalmente a cada cual, pero me apetece escribir algo y como facebook me tiene vetado mi blog empandullo, os lo cuento aquí:
En tiempo de redes sociales es una gozada cumplir años. Cuando yo empecé a cumplir años, era muy pequeño y no me acuerdo, aunque supongo que les haría mucha ilusión a mis mayores. Empecé a ser consciente del aniversario cuando recibí la primera postal de felicitación, eran otros tiempos y el correo era correo a secas, sin el apellido de electrónico. Años más tarde, y después de muchas postales de cumpleaños, llegó el teléfono (fijo, aclaro) y recibías llamadas de los tíos de Zaragoza y de algún amigo, pocos, que era conferencia. Con el móvil y la bajada de tarifas el flujo fue creciendo y ahora, con las redes, es el disloque, que Facebook es un acusica y se chiva de todo.
Uno empieza a cumplir años el día anterior, y todos los años llega la felicitación del día 1 de septiembre para ponerte sobre aviso de que mañana será el primer día del resto de tu vida, este año le ha tocado a mi reciente amiga en redes y entrañable amiga de toda la vida Mariejo Charpentier (muaks).
A las 00:01 llega la felicitación de Manolo (no tiene face y me la manda por whatsapp) y, en el primer despertar de la micción obligada por razones de edad y de desvelo (6:24 h) encuentro la primera, de B, la segunda, de Paco (que siempre es el primero en el grupo de los trikitraca), preludio de todas las que vendrán después y que agradezco como no os lo podéis ni imaginar. Tantos reencuentros felices, tantos abrazos y besos que apunto en el haber, pero también en el debe, que lo habrá.
Este año ha habido sorpresas emocionantes (todas vuestras felicitaciones lo son, que conste, sean con postal virtual, en el muro, por Whatsapp, en el correo o por el tamtam), pero es que mi cumple ha salido en Cadena Ser Aragón, y eso es cosa de Esperanza Sánchez Molina, que me tiene más aprecio del que merezco (va y no se le ocurre otra cosa que felicitarme en antena y comprometerme, junto con su interlocutor Juanjo Hernández) a que pida, para mañana, una canción dedicada. Ya la he pedido, mañana la oiréis de 12:30 a 13.
Después llegan la interrupción de siesta, las llamadas de los vídeo-sobrinos, o las vídeo-llamadas de sobrinos, que ya no sé. El último que felicita a las 23:59...
Y, ya está... Pues no. que una fiesta no puede durar menos de tres días y mañana habrá quien volverá a hacerme feliz el día 3, porque las felicidades con retraso siempre son felicidades de recuerdo, esas golosinas que te guardas para mañana porque no puedes saborearlas todas hoy.
Tenía preparado un poema de Idea Vilariño para agradeceros vuestras felicitaciones, pero me ha salido este texto largo en el que también tiene cabida ella que siempre cabe en una alegría o en una pena.
Soy mi padre mi madre
soy mis hijos y soy
el mundo soy la vida
y no soy
nada nadie
un pedazo animado
una visita
que no estuvo que no estará después.
Estoy estando ahora
casi no sé más nada
como una vez estaban
otras cosas que fueron
como un ciclo lejano
un mes una semana
un día de verano
que otros días del mundo
disparo
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