Aunque ya os felicité las fiestas en su momento, con dos estrellas, una más republicana y otra más docente, como ando sobrado de tiempo esta tarde, en vez de irme de copas por ahí, se me ha ocurrido hacer un balance del año, evaluación que se llama en términos docentes, y me ha resultado el cuadro de arriba que, como casi todas las evaluaciones cuantitativas, no sirve para nada, salvo para concluir en todo caso, que vaya año de mierda en lo social y en lo político, aunque no haya sido tan malo en lo personal y en lo profesional/personal (que en lo profesional a secas no merece siquiera papel para limpiarlo, lo que pasa que, pese a quien le pese los docentes mezclamos emociones y nómina con una falta de profesionalidad que ya querrían para sí los amos de la cosa).
Pese a esa calificación de insuficiente, habrá que promocionar al chico, a ver si somos capaces de ir metiéndolo en vereda mediante las adaptaciones curriculares significativas que sean menester sobre todo las que habrá que hacer el 24 de mayo próximo, en las municipales y autonómicas, aunque no se yo, que la cosa no pinta tan bien como parece.
Y para 2015, recupero una canción de Carlos Cano, que pese a estar grabada en 1978, podría lanzarse al mercado el próximo 20 de enero de 2015, festividad de San Valero, por ejemplo, y no nos sonaría extraña salvo por lo anacrónico del pelo del interprete.
Así, que feliz año 2015 y, con Carlos Cano deseo, de todo corazón:
sacabe el paro y haiga trabajo
escuela gratis, medicina y hospital
pan y alegría nunca nos falten
que vuelvan pronto los emigrantes
haiga cultura y prosperidad.
(Entre otras)
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