De nuevo se equivoca Gormedino, el verdadero gasto superfluo en educación es el destinado a mantener sinvergüenzas en altos cargos, por ejemplo en la secretaría de estado de educación.
Menos mal que con la ratio de 12 alumnos por profesor ha descubierto su incompetencia: no sabe contar (sólo mentiras, tralará).
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