Preparando la cena el 6 de marzo, con la radio puesta, como de costumbre, escuché el Hora 25 de Ángels Barceló. Ese día tocaban jueces cuya actitud en el ejercicio de su profesión me aportó una dosis de ese optimismo nada despreciable en esta época donde el Estado de Derecho se pudre en las alcantarillas. Me gustó el programa y, para recordarlo, más para mí que para vosotros, me lo pongo en el blog.
Me lo ha traído la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE sobre las clausulas abusivas de las hipotecas, promovida por uno de los participantes en la mesa, el Juez José María Fernández Seijo; me lo ha traído ver en los informativos a Mohammed Aziz y a su abogado, que no han reblado en este tiempo y que, desahuciados no se dieron por vencidos y han conseguido que otros se beneficien de su lucha; me lo ha traído el presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Juan Luis Ibarra al alegrarse por dejar de ser cobradores del frac (aunque otros colegas se empeñen en parecerlo). Para que nadie se haga ilusiones con la Justicia justa, no es alentador que, en los mismos días, una jueza de Lanzarote diga que una patera tiene la culpa de que la Guardia Civil la embistiera a una patera causando un muerto y seis desaparecidos.
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