No soy de hacerme propositorios (o supositorios) para el año nuevo, aunque recuerdo,
entrañado, las listas que te hacías en el cuaderno de tapas rojas (en la última página). Sin embargo, ya que no he podido quedarme en la cama hasta el 15 de abril, por lo menos, que era lo que me pedía el cuerpo, me voy a marcar una lista (que lo es, aunque parezca tonta) de doce (o más) propósitos, aunque no necesariamente uno por mes.
- Dejar de fumar antes de marzo (con esto ya podía acabar la lista, pero me pondré facilitas las otras once).
Seguir enamorado de Birabolas (no la numero porque no hay mes ni tiempo, a todas horas).
- No molestarme en bajar la cuesta de enero.
- Intentar que febrero se me haga largo.
- Impedir que me quiten el mes de abril y disfrutar de todos los meses de abril que me trajiste el año pasado.
- Hacer la REVOLUCIÓN de abril también en mayo y en los demás meses.
- Aprobarme todo en junio, dejándome algo para aprobarme otra vez en septiembre.
- Irme de vacaciones dos veces en julio, una a Francia, por aquello de respirar liberté, egalité et franternité (o como se grite).
- Volver a vivir, como siempre por última vez, San Roque en agosto.
- Comenzar el nuevo curso en septiembre como si tuviese otra vez 23 y fuese el primero de mi vida.
- Tener un rollo otoñal conmigo mismo en octubre.
- Encontrar flores para mi madre en noviembre.
- Repasar esta lista el 31 de diciembre y comprobar que, salvo dejar de fumar, lo he cumplido todo.
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