viernes, 20 de junio de 2014

A la proclamación de Felipe no fue ni su padre

Estaban todos menos tú... y yo, y más gente.

Decir que a la proclamación de Felipe como rey de España no fue ni su padre sería faltar a la verdad si no fuera cierto: no fue ni su padre.

Aunque la tele y demás medios se empeñaron en ocultarlo (entretenidos como estaban en comprobar si los dos representantes de empresarios y burgueses catalanes o vascos aplaudían o se rascaban las pelotas y en ocultar las cabezadas del presidente) además del padre, no asistieron a la rijosa ceremonia seis de los trece partidos o coaliciones representados en las cámaras.

Ni estaban ni aplaudieron (desconozco si se rascaron los órganos, aunque supongo que sí, si les picaba) los de Izquierda Plural, ni los de Amaiur, ni los de Esquerra Republicana de Catalunya, ni los del Bloque Nacionalista Gallego, ni los de Compromís-Equo, ni Geroa Bai.

Pese a lo que digan las teles y los diarios, tampoco es que hubiera masas enfervorizadas por las calles, en las fotos veo más claros que nubes. A saber:






Ah, tampoco estuvo una hermana, imputada por presunto delito fiscal y de blanqueo y es que todas las familias tienen algo que ocultar.

Lamentablemente la otra hermana no bailó el waka wuaka desde la tribuna, que no están los asuntos de la roja para alegrías; con el bailecito en pantalla, la libertad de expresión hubiera parecido de verdad.

En fin, que a la coronación de Felipe no fue ni su padre ¿Y a mí que coño me cuenta si he venido a patinar?

Felipe 0 (cero)


Tiquismiquis históricos aparte, y una vez que los historiadores de la cosa ya han aclarado que Felipe VI de España no puede ser sino V de Aragón y que la princesita no sólo lo es de Asturias, sino también de Girona, duquesa de Montblanc, condesa de Cervera y señora de Balaguer (con su pan se lo coman); ejercitado, pues, el derecho al rigor, yo los proclamo Felipe 0 de José Ramón y princesa de nada a su heredera.

jueves, 19 de junio de 2014

A vueltas con la familia real

Las palabras son un poco putas o los nombres son un poco putos, como se prefiera. Y es que están empeñados, a fuerza de repetirlo, que la familia real está compuesta por el rey (nuevo), la reina (nueva), las niñas (princesa e infanta) y los abuelos (los cesantes). Pues va a ser que no.

La familia real, la de verdad, está compuesta por una madre y un padre (a veces sólo una madre, dos madres, dos padres...), uno, dos (o los que sean) hijos o hijas y, a veces, es cierto, los abuelitos. Ni el padre viste fajín ni la madre sedas de marca chic, no señor; a veces visten del primark, si las cosas no van mal de mango o, si me apuran, de U; otras veces visten de cáritas o de prestado, que viene a ser lo mismo, porque cuesta llegar a fin de mes. Y los chicos de chándal, nuevo o semi, según se dé.

Los cabezas de familia de la familia real pueden cobrar una asignación decreciente en función de su trabajo de derechos decrecientes, su paro de justicia decreciente, su ayuda familiar de equidad decreciente, la beneficencia, la caridad o nada.

La casa real tampoco es la que pregonan las revistas del colorín; la casa real tiene hipoteca que se puede o no se puede pagar; que peligra de embargo o amenaza de desahucio. Tiene luz eléctrica o no, agua corriente o no; incluso puede no tener paredes ni techo ni ser casa. En casa real de la familia real no se come pularda, sino macarrones (a veces se come de cáritas o de prestado o no se come), ni se bebe bling, sino agua del grifo (o de la fuente si la han cortado), fontjaraba como mucho y si está de oferta. Eso sí, en la casa real pueden estar el abuelito, la abuelita o los dos; en algunos casos recientemente, porque han tenido que salir de la residencia por impago o para, con la pensión, echar una mano a los hijos. También la casa real puede ser propiedad de los abuelitos, porque la familia real se ha tenido que realojar allí después de que la banca les quitara la casa imaginada.

Los vástagos de la casa real van a una escuela pública, rica carencias materiales y convivencia, donde no se sustituye a los maestros que enferman ni se atienden todas las necesidades alimenticias y/o intelectuales porque las becas de comedor o de libros de texto no llegan a todos los que las necesitan. A veces los herederos de la familia real hacen en el cole su única comida caliente del día, otras ni eso.

Cuando la familia real enferma acude a la sanidad pública recortada, maltratada y si tienen que operarlos se incorporan a una lista de espera cada vez más larga.


Para la otra familia real, esa que está saliendo a todas horas en la tele, está la vieja baraja de familias que imprimía don Heraclio Fournier. Así, los miembros de esa familia real vivirán en un entorno tan real como corresponde: el abuelo real podrá hacer migas con los abuelos árabe y mejicano y jugarse en unas partidas de mus el AVE del desierto; la abuela real podrá hacer caridades con la abuela bantú; la reina real hablará de sus cosas con la madre esquimal, que tienen mucho en común; el rey real entablará relaciones con el padre (y gran jefe indio), que para eso se adornan plumas y abalorios; la infanta real podrá jugar a las muñecas con la hija china, y la princesa real, tan rubita ella, iniciar relaciones (primero inocentes hasta que tenga edad, eso sí, que no son monegascos) con el hijo tirolés y así tendrán infantitos rubitos, serán felices y comerán perdices.

Y el personal aplaudirá enfervorizado agitando banderas rojigualdas mientras les van dando.

domingo, 8 de junio de 2014

Salú y libertá

Cada uno lleva su República como puede, o como le dejen... la cuenta bancaria, la filiación política, o el jefe que le mande (político o laboral).

Esta tarde he ido a la plaza de españa ilusionado, a encontrarme con la República. Y me he encontrado con unos cristianos de camisetas amarillas que cantaban las maravillas del señor, pero es que he llegado una hora antes.

También había lo de casi siempre:
  • Los de la República de las vanidades estaban  casi todos, menos los del psoe, que ya les han dicho los gerifaltes que mucho ojo con lo que piensan 
  • También los que imaginan cambiar el mundo a base de manifiestos (lamentablemente el manifiesto comunista hace tiempo que lo dejamos de leer -los del pc y yo-)
  • Los de la CHA, sobran comentarios (sigo haciendo amigos)
  • Los de la CNT, que llevan banderas como los del PC.
  • Los demás
  • Y no estabas tú

Bueno, también había gente con banderas tricolores, a saber: rojo, amarillo y morado.

Algunos las llevaban hasta con un escudo y todo.

Me gusta el morado, en cierto, más por morado que por republicano. Y es que  me gustan todos los colores: rojo, amarillo, morado, verde, azul, naranja...

Así es mi República:
  1. tiene todos los colores
  2. no tiene escudos
  3. ni banderas
  4. es facilita
  5. solo tres palabras
  6. libertad: LIBERTAD
  7. igualdad: IGUALDAD
  8. fraternidad: FRATERNIDAD
Pero creo que habrá que tener cuidado con las palabras, con esas tres especialmente, que Marie Le Pen acaba de ganar unas elecciones defendiendo los ideales republicanos.