viernes, 23 de enero de 2015

Cola


Como no tomo café desde hace más de 30 años (y me gusta, no creáis), lo sustituyo por una cola cuando llego al curro después de comer, por aquello de mantenerme despierto en la medida de lo posible.

Además, tengo por costumbre desvincular mi consumo de aquellas corporaciones que fornican (categoría superior a dañan, que eso lo hacen todas) las vidas, economías, condiciones laborales, derechos... de sus trabajadores/ciudadanos.

Por eso hago pública mi desvinculación, en la medida de lo posible, de Coca Cola por su actuación ilegal (amén de en contra de los mandamientos judiciales), en Fuenlabrada. Hoy me he comprado una cola marca x para dejármela en la nevera del curro y los cubatas los pediré con otra y si no hay nos vamos.

Mi lista ya va siendo larga: no compro nada de Mondélez desde que cerraron Ateca (aunque, al final se consiguieran recuperar algunos, que no todos, los empleos con valor -de los atecanos más que de la empresa adquisidora), ni de Kimberly clarc (desde que cerraron Calatayud, por mucho que no se portaran mal con los que dejaron en el paro), ni de energyzer (desde que compraron la Tudor de Zaragoza para cerrarla), ni samsung (desde que deslocalizaron su planta de Barcelona)... Ni gilette desde que hace muchísimos años (tantos que no siquiera hay referencias en internet) compró la española filomatic para cerrarla y acabar con la competencia. Fue mi primera noticia de la deslocalización y desde entonces estoy en ello.

Que cada quien se defienda como pueda, pero la autodefensa es la única posible.


Bárcenas, el regreso


Confieso que mi rebote al conocer la salida de prisión de Bárcenas fue (sigue siendo) mayúsculo, eso de que haya un código penal A (con el que se purga a todo hijo de vecino y a toda hija de vecina que tenga la mala pata de merecer la aplicación la legislación criminal vigente) y un código penal B sólo aplicable a delincuentes VIP que entran por una puerta y salen por la puerta grande, como los toreros, me descompone.

Sin embargo, viendo anoche en vivo y en el intermedio el desencajonamiento del presunto ladrón (para si y para otros) tuve el pálpito de que este favor judicial tenía otra pinta. Y es que la excarcelación la ha ordenado Ruz al juzgado de Colmenar Viejo y no el juez de vigilancia penitenciaria de turno. Verlo salir a las diez de la noche pasadas huele a maniobra del ministro del ramo (el de ¿justicia? o el de interior, que me da lo mismo) por aquello de que no sea noticia de telediario. Verlo salir locuaz y complaciente con la prensa alentó ese pálpito, y sus palabras en vivo, más todavía, acordándose, con afecto, de nuestro presidente mariano y agradeciéndole sus consejos.

De hecho estaba dispuesto a apuntarme a su twitter si, como Cristina Pedroche, prometía un Paco León, al llegar a los dos millones de seguidores, pero no va a hacer falta, por lo que veo, que hoy ya ha comenzado a despacharse en plan.

Supongo que, de mantenerse en la línea, algún taparrabos se dejará, que no es plan de autoimplicarse, pero me huele a que vamos a tener un año preelectoral/electoral entretenido para el PP y sus animosos seguidores, amén de para el público en general. Y es que ser presunto ladrón de lo suyo y de lo de los otros, además de reportar pingües beneficios (para sí mismo y para los otros) puede dar para mucho.

No sé si Bárcenas será inteligente, como espera la plana mayor del PP, pero sí sé que Ruz es un juez listo, aunque me produzca rebote su decisión de excarcelar al tesorero del PP.

jueves, 15 de enero de 2015

La política del miedo

Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos.
León Felipe

Marx (en cualquiera de sus versiones) me libre de hablar en nombre de los muertos, pero creo no equivocarme si digo los hechos políticos posteriores al atentado contra Charlie Hebdo  revolverían las tripas de Charb y los suyos igual que revuelven las mías.

La foto de la cabecera en la manifestación me repugna: los ¿líderes? aislados del pueblo, como siempre. Implacables censores de la libertad de expresión, persecutores de los derechos humanos, enemigos de la igualdad y de la democracia, defensores de los mercados... Todos estaban allí para hacerse una foto triste, no tanto por la muerte (casi anunciada, ver la entrevista que Gemma Nierga hizo en 2006 a Philippe Lançon, uno de los heridos en el atentado) de los periodistas sino por lo que representa. El hecho de que algún periódico borrara a las mujeres de la cabecera no deja de ser una penosa anécdota más en ese sinsentido.


La reacción de los gobernantes europeos y aspirantes a serlo, tras los atentados en Francia tampoco deja indiferentes a mis vísceras. Tras atentar contra la libertad que siempre defendieron gente como Riss, Cabu o Wolinski, la respuesta es menos libertad, más miedo, más restricciones a la libre circulación de ciudadanos (hasta el extremo de retirarles la documentación, en Alemania, por ejemplo), más control de internet y de las comunicaciones (que, si no recuerdo mal, son inviolables desde el siglo XIX en muchas constituciones), movilización del ejército a las estaciones y los aeropuertos, estados policiales, una especie de estado de excepción sin pasar por el Parlamento (en España)...


Incluso la aspirante, Maríe Le Pen, líder del Frente Nacional, de cuyo club de fans la plantilla de Charlie Hebdo nunca formó parte, propone la pena de muerte cuando acceda al gobierno.


Una vez más los terroristas han conseguido su objetivo: recortar la libertad atentando contra ella, cuando la respuesta debería ser reafirmarla. Me revuelven los que siembran el miedo y lo usan como excusa para engordar su poder y recortar la libertad; el miedo a los diferentes, a los extranjeros; el miedo a la democracia: cuidado a quién votas; el miedo a perder el trabajo, el estatus: mira cómo están los otros y traga; el miedo...

Revuelto como me tienen, acabo con una foto de la edición millonaria de Charlie Hebdo, amarrada, como la vieja Europa.



sábado, 10 de enero de 2015

Inspirarte: Curriculum vital

Un día, una artista reconocida, me afeó que en vez de mandarle un curriculum vitae le enviara un currículum vital para una exposición. El evento era para los árabes y se editó un libro-catálogo, artistas por la paz se llamaba, todo eso que, después, queda en una moñada... Allí estuve con una foto de Belchite que titulé "nunca mais" porque, como ahora, eran tiempos de chapapote.


Ella, la artista organizadora, no lo entendió, yo tampoco la entendí a ella, pero me siguen gustando más los currriculos vitales que los curriculum vitae, y esta otra foto, más que la de arriba, forma parte del mío.


Sí, la foto y estas otras fotos, y el proceso vivido para editar el libro Inspirarte, con poemas de Mariano Ramos e ilustraciones de José Antonio, JJ, José Luis, Manuel y Yolanda.