martes, 7 de agosto de 2018

Los nuevos inquisidores

Leo asombrado que hay gente que se mete con esta mujer por la ropa que lleva, otra gente (o la misma o parecida) se mete con no sé qué cantante de OT (ni idea de quién es) por poner una foto en Instagram con bikini.



Soy de una generación en la que las chicas se quitaban el sostén como forma de rebeldía y, a base de recibir leches (de padres, parejas, hermanos y hasta policías y curas) e insultos, consiguieron generalizar el "visto como quiero", tomar el sol en la playa como les saliera de las tetas y hasta volver a ponerse, con el paso de los años, el sostén porque dicen que es mejor y porque les da la gana.

Y aquí estamos, cuarenta o cincuenta años después, insultando a quien viste como quiere, criticando a quien hace lo que le da la gana, dentro de la más estricta legalidad y menospreciando a quien hace con su cuerpo (esculpido en el gimnasio o trabajado a base de buena mesa, con o sin michelines, como quiera que sea que para eso es el suyo) lo que le da la gana.

Me da vergüenza esta gentuza que está dispuesta a crucificar a las mujeres por ir como quieren, son la cara popular de esos jueces que cuestionan la moralidad de una mujer agredida y condicionan su veredicto a la ropa que llevaba puesta. Ya sólo faltan los curas persiguiendo bañistas sin sostén en las playas y la vieja policía de la moral y la decencia.

Que se vayan al paleolítico de donde nunca tendrían que haber salido.

Estoy por ponerme transparencias.

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