martes, 27 de marzo de 2018

Ferrando: 'coheficiente' de risibilidad + 'coheficiente' de desprecio

Cada vez que María José Ferrando, la portavoz educativa del PP aragonés, abre sus fauces en las Cortes para hablar o preguntar sobre educación ejerce su desprecio sobre la profesión docente a la que ella pertenecía antes de pasarse a la cosa política.



Hoy mismo, en la comparecencia del Director General de Innovación, Toni Martínez, ha vuelto a escupir una de sus lindezas al calificar como "de risa" algunos de los proyectos de innovación que presentan los centros educativos aragoneses, así, en general, para expandir su mierda verbal a diestro y siniestro.

No contenta con cuestionar la profesionalidad del personal docente hace unos días, por lo que recibió la reprobación del sindicato CSIF, nada sospechoso de ir haciendo la revolución sindical ni ninguna otra, hoy pone en cuestión la competencia pedagógica de los equipos de centro a la hora de diseñar propuestas innovadoras.

Desconozco la capacidad innovadora de la señora Ferrando en sus tiempos de profesora de instituto, pero puedo asegurarle que ningún centro hace proyectos "de risa" porque todo lo que supone un cambio supone un esfuerzo, una reflexión sobre la práctica, una elección de alternativas y un diseño de un plan considerando todos los aspectos a desarrollar, desde el punto de partida del alumnado, los objetivos, las competencias, el proceso, el producto, la evaluacion... Y vuelta a empezar para revisar, reajustar, adaptar...

Y cada centro lo plantea desde su punto de partida. Si uno carece de tradición innovadora, dará sus primeros pasos (tal vez de risa a los ojos de Ferrando), pero fundamentales para poder dar los segundos y que, como los dubitativos pasos de los bebés que comienzan a dejar de serlo, constituyen la base de un desarrollo motriz posterior mucho más seguro. Y esos proyectos "de risa" están avalados por la comunidad educativa, esa misma a la que su partido pretende deslegitimar en el ecosistema democrático de los centros.

Nada es de risa en esta profesión, señora Ferrando, ni siquiera las propias risas del alumnado que consigue aprender divirtiéndose; todo es fruto del trabajo, de la planificación, a veces también de la improvisación con fundamentos (esa que pilla al profesorado trabajando cuando es efectiva), y de la implicación docente que hasta fue capaz de salvar con esas herramientas inmateriales la ruinosa situación en la que el gobierno de su partido PP-PAR, avalada por el ministro Wert y sus secuaces, sumió a la escuela pública de esta comunidad y que todavía estamos reconstruyendo desde los escombros.

Desconozco las razones de su visceral y documentado desprecio por sus colegas docentes. Deduzco de su licenciatura en filología hispánica que sus exabruptos no nacen de su incontinencia verbal, pues está supuestamente cualificada para el buen uso de la semåtica. Mi experiencia variada y multicentros me dice que, salvo excepciones con nombre y apellidos y en absoluto generalizables (tanto en lo que se refiere a docentes como a centros) la profesión educativa es la que le ha venido salvando los muebles al sistema educativo de este país por encima de ministros nefastos, leyes irracionales, curricula anacrónicos y atentados presupuestarios, amén de portavoces interesadas y ofensivas.

miércoles, 21 de marzo de 2018

La verdad sólo tiene ¿dos? caminos

Después de escuchar las explicaciones de unos y otros (mañana habrá más, seguro) sobre el supuesto caso Cifuentes, me reafirmo en lo antedicho (ver el máster por montera).



Dicen que la verdad sólo tiene un camino, pero lo que está claro es que la postverdad abre a la verdad caminos ignotos y variados.

Resulta que la Universidad Juancar un palito da una explicación muy razonable y creíble sobre el supuesto affaire Cifuentes: nada más y nada menos que el rector explica que fue un fallo administrativo y que Cifu aprobó el máster en 2012; lo que se hizo en 2014 fue subsanar el error cuando la interesada (parece que muy interesada, supuestamente), solicitó el título al que se había hecho supuestamente acreedora. Perfecto, un fallo lo tiene cualquiera, es lo que pasa con la emoción de poner las notas de toda una delegada del Gobierno en Madrid, que con la emoción del momento se pierde el norte y, en vez de poner más cuidado, se desatan las turbaciones.

Resulta que su profe dice lo mismo y ha de ser creíble porque el hombre tiene un currículo intachable como asesor de Aznar y FAES.

Pero, mira tú por dónde, el equipo de Cifuentes ha dicho por la mañana a eldiario.es que esas dos materias se las dejó pendientes y las aprobó en 2014.

Pues eso, que la verdad tiene tantos caminos como los que llevan a Roma cuando se trata de esta supuesta gentuza que, supuestamente, se ríe de nosotros en los morros.




El máster por montera

Me desayuno una la noticia de el diario.es; resulta que la presidenta Cifuentes tiene un máster aunque, supuestamente, es un regalito de la Universidad Juancar I.


Resulta que la supuesta impostora cursó un máster allá por 2011 y no se presentó a dos asignaturas, por lo que en su expediente figuraba el habitual no presentado. Resulta también que un par de años después la supuesta farsante recibió una calificación de notable en ambas asignaturas sin que mediara nueva matrícula para poder cursarlas. Y resulta que un minuto después. según figura en los antecedentes académicos, la supuesta embaucadora entregó y obtuvo el apto en su trabajo fin de máster. Resulta también que la (a lo peor también supuesta) universidad JC I (financiada por la comunidad de Madrid) estaba regida por Fernando Suárez (el rector del copia-pega), supuesto catedrático de historia del derecho y supuesto investigador medievalista que, supuestamente, contrató a "a dedo" y sin, supuestamente, cumplir los requisitos a María Cifuentes, hermana de la supuesta mentirosa para ejercer de profesora de Historia Contemporánea en la Juancar un palito.

Muy bien tendrán que aclarar las partes presuntamente implicadas este embrollo en el que hay más sombras que luces la propia supuestamente falaz Cifuentes, la administrativa que se fotografió con ella cuando le dio el título supuestamente amañado, el profesor que supuestamente ordenó a la administrativa que cambiara las notas y de cuyo nombre no quiere (supuestamente) acordarse, el equipo docente del máster, la comisión que valorara (si lo hizo) el trabajo fin de máster, el profesorado de esas dos asignaturas supuestamente mutantes, sus compañeros y compañeras de maestría...

No suelo pregonarlo por ahí, pero tengo un máster y dos cursos de especialista universitario y sé lo que cuesta obtenerlos y no precisamente en favores sino en esfuerzo. Esfuerzo personal para superar las asignaturas y construir un trabajo fin de máster coherente, original y útil; esfuerzo económico pues si bien, en mi caso, obtuve sendas becas, tuve que viajar a Madrid durante varios años.

Conozco alumnos y alumnas de máster, en su mayoría jóvenes recién graduados, también profesionales cualificados que persiguen mejorar sus cualificaciones y sé el esfuerzo personal y económico que supone para ellos y para sus familias. Y conozco a muchas familias que no pueden pagar el máster a sus hijos y a muchos profesionales que tampoco pueden hacerlo para su promoción laboral.

Por todo eso, por el esfuerzo de tantos y tantos alumnos alumnas de máster, por el sacrificio de sus familias y por el prestigio del sistema universitario español (ya sólo nos falta que también la Universidad entre en el ventilador de la corrupción generalizada), se debe aclarar este turbio asunto antes de que se pudra más y exigir las responsabilidades personales, profesionales y políticas necesarias e ineludibles.

¿A que la que cae es la administrativa del selfie?

jueves, 8 de marzo de 2018

Mis queridas maestras

Cumplo este año los 34 de dedicación a la docencia y, desde el principio, he estado aprendiendo de maestras con las que he tenido la suerte de trabajar. Ellas me han enseñando todo lo que sé de esta profesión y todo lo que ahora soy en ella que es, ni más ni menos, que maestro, ahora que casi puedo considerarme como tal.

Mi primer destino fue en Mallorca y no tenía ni idea de cómo desenvolverme en clase; fueron Diana y Teresa, dos estupendas maestras, las que me fueron enseñando a volar y a sobrevivir en un medio que, entonces, como lo ha sido otras muchas veces, era hostil. Con ellas aprendí, sobre todo, la solidaridad entre docentes y di mis primeros pasos en equipos de trabajo.


Mi segundo destino fue la educación de personas adultas (EPA) y, a medida que fue consolidándose el programa (y que la P de permanente fue reivindicándose como P de personas), fueron incorporándose al equipo de trabajo mujeres maestras que me aportaron mucho; la mayoría eran mujeres porque los contratos municipales eran parciales y mal remunerados, pero ellas eran creativas y comprometidas y supieron poner todo de su parte, y todo quiere decir mucho más de lo que estaban obligadas por su sueldo y por el reconocimiento institucional de sus contratantes. Primero fueron Rosa, que el primer año me enseñó a trabajar con adultos y, sobre todo, con adultas (mayoritarias ellas), y Merche, que se trasladó pronto, pero todavía conservamos un vínculo casi familiar. A la vez, Ana y su talento natural para enseñar sin ser maestra, y Lucía, la luchadora, que todavía sigue en el oficio y en la vida contra viento y marea; ellas me enseñaron a bregar con las instituciones locales. Llegamos a juntarnos un equipo de veintitantas mujeres maestras en la comarca de Calatayud, y nunca he trabajado tan a gusto. Quiero nombrar a algunas, a las que más me aportaron (algunas me aportan todavía) y a las que guardo un cariño muy especial porque me enseñaron dedicación, esfuerzo y compromiso: Reyes, que se fue con su alegría a la muerte; Lucrecia, que sigue haciendo grandes cosas en otros ámbitos educativos; Marisol, que trajo aires diferentes; Mercedes, que recibió incomprensión a cambio de entrega; una Jose, entonces y ahora lectora; otra Jose, implicada con el desarrollo rural y ahí sigue, lo mismo que Consuelo; Nati, entonces más radical que ahora; Conchita, todo para el pueblo pero con el pueblo y en eso continua, jubilada y entusiasta; Begoña, valiente entonces y siempre... Cuánto aprendí esos años en aquel equipo donde me consideraba una más (y espero que ellas también lo pensasen, pese a que me tocó coordinarlo) y en el que crecí como maestro y como persona, porque, no es que hubiera buen rollo, es que conseguimos construir un lazo afectivo muy fuerte a partir de una relación meramente laboral y nos seguimos queriendo aunque la precariedad de sus contratos hizo que todas, menos dos que siguen en el oficio de las personas adultas, se dispersaran buscando mejores oportunidades.

En mi primera época dentro de la formación del profesorado, me integré en un equipo totalmente nuevo, dirigido por María José, todo un ejemplo de cómo se desempeña la función directiva; un equipo, y enfatizo la palabra, eminentemente femenino y donde conviví, más que trabajé, con mis Pilares y Elena. De ellas aprendí tanto que no me imagino cómo habría sido mi vida profesional sin su intervención: conocí la educación infantil, la educación especial y, sobre todo, reforcé mi capacitación para trabajar en un equipo donde la complementariedad entre sus integrantes era seña de identidad. Los traslados en esta profesión deshacen equipos y ese primer CPR de Calatayud se dispersó en parte, como tantos, aunque se incorporó otra Pilar con la que volvimos a construir experiencias educativas muy enriquecedoras: aprendí tanto, trabajábamos tan bien mis dos Pilares y yo que la considero como mi época más fecunda profesionalmente y me siguió madurando personalmente, de hecho quienes me conozcan de ponencias y charlas, saben que muchas veces hablo de mis Pilares, refiriéndome a ellas. También llegó Piedad, que supo acompañarme en la tristeza de mi despedida.

Necesitado de reencontrarme con las aulas me fui al IES Zaurín, para un año y la posibilidad de continuar otro más, siempre dije, medio en broma medio en serio, que llegué por una mujer y que me reenganché por otra. Allí conocí a otras mujeres maestras (me gusta más que profesoras) que me siguieron enseñando: a Gema, mi primera jefa de departamento que me enseño su lucha por la equidad y todo lo que sé sobre orientación educativa; a María, mi jefa de departamento el segundo año, todo un ejemplo de cómo construirse a si misma desde la inseguridad al empoderamiento, y a Isabel, capaz de dar toda la ternura del mundo a los "peores" alumnos y alumnas del centro.

Ahora he vuelto a la formación del profesorado y hago repaso de toda mi trayectoria docente enriquecida por la cercanía profesional y personal de todas esas mujeres maestras y de otras muchas que, pese a que no he llegado a trabajar con ellas, sigo su desarrollo escolar tan de cerca como lo permiten las redes sociales y me enseñan cada día. Soy así en este oficio porque he aprendido de ellas y con ellas; soy así, porque además de aprender de esas maestras profesionales y grandes mujeres me dejé enseñar por otras muchas no profesionales y grandes mujeres: mi madre, mi abuela, tres o cuatro compañeras sindicalistas, otras tantas militantes feministas y una o dos políticas, amigas sin más (ni menos). Orgulloso de haberos conocido y siempre agradecido espero seguir aprendiendo de vosotras, mis queridas maestras.

viernes, 2 de marzo de 2018

8 M, HUELGA FEMINISTA


Compañeras:

Reconozco que me estáis liando. Una amiga de la comisión feminista 8 de marzo me dice que no haga huelga ese día porque se pierde el objetivo feminista si estamos los hombres. Una compañera de CGT y Gripias, obviamente también feminista, me dice que nuestro sindicato convoca huelga a jornada completa.  Una amiga navarra de CCOO (que todavía me quedan amigas en mi ex) me comenta que el paro es de dos horas y que la intersindical ha convocado para el día completo (me aclara para no discutir). Leo en unas recomendaciones para la huelga del 8 de marzo (lo siento, pero he perdido el enlace) que piden a la administración que no descuente las horas no trabajadas (¡manda óvulos)...

Con mis dudas en plan Damocles acabo de llamar a otra amiga, de las que han estado siempre militando en esto del feminismo, que es militar en todo y que, además de sacarme tres años desde que nació (ahora está orgullosa de ello, entonces era otra cosa), siempre me ha sacado tres dedos (de frente, de dogmatismo cuando nos conocimos y de pragmatismo ahora -¡Cómo hemos cambiado¡ ¿Eh, P?) y me dice, con su característica mala baba: "Haz lo que te salga del haba" que traducido a nuestros (pocos los míos) años de militancia clandestina se traducirían (más o menos textual) en... "parece mentira que me vengas con esas a estas alturas (nuestra relación político-social comenzó con un "a estas alturas no me vengas con esa pipiolo" y no ha cambiado mucho), yo la voy a hacer porque es lo que me sale del coño (cosa muy suya siempre junto con los ovarios y el gineceo), pero estoy hasta el idem de que esta huelga tenga apoyos institucionales, se haya convertido en una cosa de propaganda hasta para algunas marcas comerciales y me vengan tocando las trompas con pasteladas políticas. Tu papel en esta huelga es lo que te salga de tu conciencia (lo de los troskos y la conciencia es para hacérselo mirar, aclaro)".

Como ella me ha dado permiso para citarla y acabo de decidir, gracias a su sabio consejo, qué haré el 8 de marzo, lo comparto:

  1. Respetaré el concepto de "sin nosotras se para el mundo".
  2. No voy a hacer huelga.
  3. Porque creo que tiene que ser una huelga feminista y no general.
  4. Porque hay que visibilizar que el mundo se para si no trabajan ellas.
  5. Pero tampoco trabajaré yo.
  6. Porque yo también soy ellas.
  7. Porque no puedo trabajar sin ellas.
  8. Porque formamos un equipo, ellas y nosotros.
  9. Y me voy a coger un día de fiesta, de los muchos que me deben, el tope de horas que pueda.
  10. Porque quiero emplear ese día de fiesta en apoyar a la huelga feminista.
  11. Y, por una vez, será un día de fiesta en el que no haré nada relacionado con mi trabajo.
  12. Y dedicaré el día a difundir la huelga feminista, la de día completo, la de 24 horas de CGT, la que querría seguir.
  13. Y participaré en las actividades que han organizado en Calatayud las Gripias.
  14. O me iré a una mani en Zaragoza.
  15. O las dos cosas
  16. Y, sobre todo, tomaré conciencia de las razones de la huelga feminista.
  17. Aunque sean contradictorias, porque todas son razones y están en razón.
  18. La razón de cada una de ellas, amigas y compañeras.
  19. La sinrazón de las y los que la niegan.
  20. Y me dedicaré a que los demás hombres, piensen lo que piensen, hagan lo que les salga del haba, pero poniéndole cabeza, por una vez.