viernes, 8 de abril de 2016

No con nuestro dinero: objección fiscal



No con nuestro dinero
Implacable en su presión fiscal, El Estado no cesa de pedirnos: IRPF, IVA, impuestos indirectos, tasas...  Y en este tiempo de tremendos recortes en gasto social, de pérdida de derechos y de la mayoría de nuestras conquistas, de desmantelamiento de lo público, cuando el parco estado del bienestar que aún disfrutábamos se tambalea, observamos con vergüenza cómo, año tras año, se renuevan enormes inversiones en el más estéril de los gastos: el Gasto Militar.  
La Administración se queda, ejercicio tras ejercicio, con cientos de euros de cada contribuyente. ¿Para qué? Para comprar armamento (¿contra quién se usará?), para absurdas intervenciones militares en el exterior (los nuevos modos del colonialismo “humanitario”), para sostener el complejo de la inútil investigación militar...

Hacer Objeción Fiscal
Frente a este despropósito, la ciudadanía tiene un arma: la Objeción Fiscal.
La Objeción Fiscal que no es otra cosa que nuestra negativa a colaborar con el Estado en los gastos de preparación de guerras y en el mantenimiento de la estructura militar, desobedeciendo activamente en el momento de realizar la declaración de la renta (IRPF). Consiste, técnicamente,  en aprovechar la declaración del IRPF para desviar una parte de la totalidad de nuestros impuestos a un proyecto que trabaje en la defensa de un progreso social solidario.

¿Cómo se hace?
La declaración del IRPF supone una magnífica oportunidad de recuperar este dinero y destinarlo a un fin justo. Cualquier persona, tenga o no ingresos, tenga o no nómina, esté o no dada de alta, puede hacer la declaración de Hacienda y reclamar este dinero al Estado para desviarlo a un proyecto alternativo por la Paz. Puede salir a pagar, a devolver o de cuota cero... En todos los casos es posible objetar. Si la declaración es recibida ya hecha o se confecciona con un programa informático, siempre es posible copiar manualmente los datos a un impreso en papel –añadiendo la objeción– y presentarla en Hacienda o en el banco.

Dos maneras concretas de hacerla:
Cuota fija: teniendo en cuenta que el Estado ha destinado este último año la cantidad de 890,87€/persona, para gastos militares, se establece una cuota orientativa para objetar de 84€. Teniendo en cuenta que es orientativa y que la persona que objeta decidirá si la cantidad es mayor o menor.
Cuota abierta: puesto que la administración dispone de tantos medios para recaudar nuestro dinero, resulta complicado determinar la cantidad exacta que nos cobran a lo largo de todo un año. Sin embargo, la Objeción Fiscal es, ante todo, una acción pública y colectiva de denuncia al militarismo y una interpelación a la sociedad. Es mucho más importante el hecho de objetar que la cantidad objetada y, por ello, cualquier cantidad (por pequeña que pueda ser) es válida.
En ambos casos la mecánica es muy fácil:
  1. Hacer la declaración de la renta hasta llegar al apartado de “Retenciones y demás pagos a cuenta”. Tachar uno de los subapartados no utilizado y escribir encima: “Por Objeción Fiscal al Gasto Militar”. En la casilla, añadir, la cantidad a objetar (la cuota fija o cualquier cuota abierta decidida).
  2. Terminar normalmente el resto de la declaración, sin olvidar que el “Resultado de la declaración” tiene que verse disminuido -si es “a pagar”- en una cantidad igual a la cantidad objetada o que la cantidad a devolver -si es “a devolver”- tiene que verse aumentada también en dicha cantidad.
Recuerda:
La declaración  puede salir a pagar, a devolver o de cuota cero. Siempre es posible declararse persona objetora y reclamar el dinero de los impuestos destinado al gasto militar y desviarlo a un proyecto alternativo por la PAZ.
Es posible utilizar el programa P.A.D.R.E., la página web de Hacienda, los servicios de una gestoría o la cita previa para hacer los cálculos generales de la declaración, pero sin entregarla. Después se trasladan los números manualmente a un impreso, se calcula la objeción y, ahora sí, se entrega a Hacienda o se presenta en el banco.

Para las dos opciones:
Acabada la declaración, se ingresa la cantidad de la objeción fiscal al gasto militar en el proyecto alternativo elegido. Es necesario solicitar que en el concepto del recibo requerido al banco al realizar el ingreso alternativo aparezca “Objeción Fiscal al Gasto Militar”.
No olvidar adjuntar a la declaración el justificante del ingreso.
La Objeción Fiscal al Gasto Militar es una herramienta humilde pero eficaz, permite evitar que parte de nuestra riqueza se destine a fines criminales y, a la vez, denunciar la financiación del militarismo y poder dedicar algo de nuestro dinero a fines socialmente útiles y transformadores.

sábado, 2 de abril de 2016

Con sabor a estupendez

Estupenda la idea de Saborea Calatayud, unir tapeo, cocina, vino del terreno y cultura gastronómica del 1 al 12 de abril y ya por tercer año consecutivo es una iniciativa a aplaudir, apoyar y mantener (a ver si mis tripas han mejorado para el día 6 -cuando empiezan el tapeo y los menús- y puedo disfrutar de las exquisiteces que preparan los locales bilbilitanos).


Lo que se me escapa del interesante y completísimo programa es la razón por la que un posible turista gastronómico Zaragozano o de aún más lejos (o un simple interesado local o comarcano) se va a sentir más atraído por un Show Cooking a cargo del chef de la ternasca, el televisivo Cristian Yánez, que por una sesión culinaria a cargo del mismo cocinero. De la misma manera, la Cooking experience de maridar los vinos de la D.O. Calatayud con fresas, chocolate y música de DJ, debe de ser muchísimo más experience y, supongo, muchísimo más cooking  que la, ya de por sí, sublime experiencia gastronómica de degustar el maridaje de fresas, chocolate y excelente vino de las Bodegas San Alejandro. 

Algo tan tradicionalmente nuestro como el ternasco de Aragón (¡cuidado, no de Oregón! -aunque lo parezca) es la estrella de otra Show Cooking, esta vez en la modalidad de degustación (no tasting ni nada de eso, para que no queden dudas, que se trata de promocionar una marca y el personal entiende muy bien lo de Show Cooking, pero lo de tasting ya es para nota).

Los coffee lovers están de enhorabuena porque podrán degustar café en San Benito (no se me vayan a ir a Saint Benedict), y los preparará un barista (joder, mira por donde la palabra no está recogida en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, que sí recoge barman -ni en el de la lengua inglesa-). Mientras tanto, los amantes del café podrán ir al bar habitual a que su camarero de siempre les prepare el cortado.

Hasta la trufa negra de Calatayud estará presente en un Funghi Pack que viene a ser como una caja en la que se ponen hongos y que ha obtenido el premio Elevator Pitch, que es un discurso para conseguir pasta en proyectos empresariales (emprendimiento, que se dice ahora).

Para redondear el programa hay otro Show Cooking de ACA (tranquilos que son las siglas de Asociación de Cocineros de Aragón), mucho más molón, dónde va a parar, que cualquier encuentro gastronómico de cocineros.

Los organizadores de las jornadas han tenido la dudosa habilidad de combinar lo local y genuino de la gastronomía y los vinos de la D.O. Calatayud con la modernidad de rebautizar en inglés conceptos que tienen en castellano una o cien expresiones suficientemente explícitas. con el fin dar a la cosa un lustre cosmopolita que convierte a la modernidad en modernez y está a punto de convertir a una idea estupenda en una estupendez, que podría ser el híbrido resultante al unir las buenas ideas con las modas estúpidas. Y todo esto en el IV centenario de la muerte de Cervantes... ¡Vamos, no me jodas!