martes, 27 de noviembre de 2012

Minifiesto

Como ya anunciaba en este bocavolorio definiendo a los minifestantes, hoy toca hablar de los minifiestos.

Minifiesto es la parte del texto o discurso que se declama al final de toda minifestación que se precie, y que adquiere la condición de minifiesto no por el contenido de la arenga sino por la forma en que la percibe cada asistente. En esta forma de comunicación el emisor (líder sindical, político, religioso o miembro de la élite cultural -Almodóvar, Almudena Grandes o Belén Esteban, según el caso-) grita su alegato a un sistema de megafonía siempre desacoplada, no apta para procesar los gritos y mal instalada, de forma que el receptor (los varios decenas o cientos de miles de minifestantes que, a la sazón, siempre son tres o cuatro) perciben el mensaje en un contexto de exaltación y acompañado de ruidos varios: el helicóptero de la policía; los silbidos y abucheos al helicóptero de la policía; las consignas al viento de los que no se enteran; los vítores, aplausos, silbidos o abucheos -que de todo hay- de algunos minifestantes a los arengadores. Por todo ello minifiesto siempre se percibe de forma parcial e inconexa, en forma de sílabas o palabras sueltas, acompañadas de pitidos propios de los micrófonos. He aquí la transcripción de un minifiesto típico:

pañeros... piiiiiiiii ñeras... sis... digamos... píiiiiiiiiiiiiiiii, bierno... (gobierno o invierno, deduzco, que viene a ser lo mismo), sí... no..., ante..., ucha..., peño... ¡TAD!



La frase más larga (y, tal vez la más profunda) que he llegado a entenderle a un líder sindical a lo largo y ancho de mis muchas audiciones de minifiestos fue a Cándido Méndez, hace unos años, y la guardo en mi memoria como un tesoro:

- Un pasito p'alante, María, un pasito p'atrás.

(A Tocho no le recuerdo un pensamiento completo salvo compañeros y compañeras, eso sí, mirando sus labios porque estaba muy cerca y aplicando la intuición porque lo repite mucho).

Si la cosa tiene la suficiente enjundia para sacar algo en la tele (o si la sexta lo emite íntegro, que es gratis) y lo vemos desde casa, conseguimos enterarnos de todo (lo mismo pasa con el fútbol) y nos percatamos de que si estuviéramos allí, también silbaríamos al helicóptero de la policía, gritaríamos consignas y abuchearíamos o silbaríamos a tan altos disertadores que tan poco tienen que decirnos y que, en ocasiones, nos toman por minifestontos.

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